“Son parecidas al tren bala, no es exactamente lo mismo, pero se basan en un principio idéntico”. Marcos Pereira, ingeniero electrónico de Mecalux, explica las últimas novedades en tecnología aplicada a las lanzaderas. Le entusiasma la evolución experimentada por esta especie de vehículo que transporta mercancía de un lado a otro del almacén a velocidades cada vez más altas.
Lo último es un proyecto en el norte de España, una instalación para Alimentos y Derivados Navarra que utiliza un sistema de transmisión de potencia mediante campo magnético, como los famosos trenes bala de Japón, unos aparatos que funcionan a velocidades de vértigo y parecen estar suspendidos en el aire.
“Hasta la fecha, la potencia se conseguía por rozamiento desde una platina de cobre hacia una escobilla, como en los antiguos scalextric”, señala Pereira. “Ahora, con la nueva tecnología,se elimina el contacto. Para ello se genera un campo magnético, algo parecido a la tecnología de la que se sirven los trenes bala. Consiste en la colocación de unos dispositivos, llamados antenas, que emplean ese campo como potencia eléctrica”, comenta el ingeniero.
Las lanzaderas se han convertido, cada vez más, en un elemento esencial de los almacenes más innovadores. Según comenta Juan Ignacio Torrijos, coordinador de proyectos mecánicos de Mecalux, uno de cada tres almacenes contratados por la compañía se desarrolla con lanzaderas. “Muchas veces es más económico construir estos ingenios en una instalación que acondicionar mesas de rodillos para mover los bultos, ya que con las lanzaderas te puedes ahorrar bastantes metros de rodillos”, dice Torrijos.
Además de las ventajas comparativas respecto a otros sistemas de desplazamiento de cargas dentro del almacén, existen otras bondades que hacen de la instalación de lanzaderas en un almacén una inversión muy productiva. El mantenimiento necesario de estos vehículos es nulo. Además, se pueden utilizar en zonas especiales, en ambientes húmedos, y reducen el riesgo de accidente por contacto directo con las barras de transmisión de energía, como podría suceder con los rodillos o con las lanzaderas más antiguas provistas de un sistema electrónico más arriesgado.
Funcionamiento
Una lanzadera es, básicamente, una máquina que une diferentes líneas de transporte. “Por ejemplo, en una instalación tienes las que conectan los muelles que existen en la cabecera de un almacén con las que hay en la parte trasera, si la planta está así diseñada”, relata el ingeniero Torrijos. Las lanzaderas, en este sentido, dan continuidad al transporte y son muy adecuadas para distancias largas.
“Su posicionamiento depende mucho de la longitud del pasillo por el que circulan, la velocidad y la aceleración de la máquina, la plataforma que lleva la carga, etc.”, comenta.“Respecto a la plataforma donde se ubica el bulto en la máquina, existen varias opciones: puedes llevar una mesa de rodillos, un transportador con cadenas o una horquilla”, señala Juan Ignacio Torrijos.
Una de las funciones más recurrentes de las lanzaderas es la preparación de pedidos. Estos vehículos se emplean a menudo para alimentar las diferentes puertas de picking. Sus sistemas de movimientos sirven perfectamente para esta comunicación, tan necesaria en las diferentes fases del almacenaje.
Por un lado,está el motor de traslación, el cual efectúa un movimiento en una línea recta, un movimiento en x, por decirlo así. El otro desplazamiento lo realiza el sistema neumático que mueve la carga y que está dentro de la lanzadera.Es un movimiento perpendicular al del recorrido de la máquina,un movimiento en z, que traslada el bulto desde el interior del vehículo a la estación de picking o al lugar diseñado,donde la mercancía queda así dispuesta para comenzar el siguiente desplazamiento.
Las cargas se colocan dentro de las lanzaderas, sobre paletas siempre. De hecho, el sistema de desplazamiento de la mercancía a las estaciones está especialmente diseñado para el uso de este mecanismo de carga. “También existe la posibilidad de hacer lanzaderas dobles, que transporten más de un elemento”, apunta Torrijos. La precisión en la colocación del bulto que se desplaza desde la lanzadera ala estación es en multitud de ocasiones un factor crítico. Una comunicación incorrecta entre la lanzadera y la estación, o una mala medición en el desplazamiento, puede derivar en el deterioro o incluso la rotura de la mercancía en movimiento.
A esta precisión imprescindible ha contribuido la incorporación de láseres y telémetros.“Las lanzaderas funcionan mediante un sistema de telémetro, por lo que el posicionamiento tiene que ser muy exacto”, puntualiza Marcos Pereira.“Se mueven gracias a un mecanismo de fotocélulas que se comunican por impulsos eléctricos”, añade.
Mercado nacional
Este tipo de ingenios se construyen en varios puntos de España (Madrid, Valladolid, Cataluña, País Vasco, etc).Las lanzaderas son máquinas hechas ad hoc, casi artesanales. Normalmente, las grandes empresas de logística tienen externalizada su construcción a otras firmas. Éstas se limitan a fabricarlas atendiendo al diseño concebido por los ingenieros de la compañía encargados de poner en marcha el almacén. Su forma y medidas de potencia dependen de las necesidades logísticas del cliente.
“Se está llegando a un punto en que casi se producen lanzaderas estandarizadas,pero todavía no existe una serie de máquinas homogéneas,como si fueran coches en una fábrica”, comenta el ingeniero electrónico Pereira. El marco en el que se integra el pequeño cerebro que mueve las lanzaderas es una estructura completamente automática, un sistema de gestión informático y un mecanismo de control.
“Puedes hacer que un hombre vaya a bordo del vehículo, pero eso sería una excepción y no trastocaría el funcionamiento normal de la máquina, que es totalmente automático”, asegura Juan Torrijos.“Todo lo que pasa en el almacén se integra en un sistema de gestión qu ees informático, puro y duro. Éste formula lo que se gestiona”, explica Torrijos.“A continuación tenemos el sistema de control, que indica cómo se hace la gestión”, apostilla.
La comunicación entre un sistema y otro se transforma en señales que van de un mecanismo a otro. Evolución “Hace años las lanzaderas se construían con un eje continuo, los ejes se partían y podían causar accidentes. Ahora, se utiliza una transmisión de carga que mueve las máquinas”. La anotación del ingeniero mecánico Torrijos indica una de las muchas innovaciones experimentadas por es-tos aparatos en los últimos tiempos.
Su transformación en esa especie de tren bala del almacén es el último avance, pero otras evoluciones menos espectaculares merecen también ser reseñadas. Como todo lo que tiene que ver con la electrónica asociada a la ingeniería aplicada a las lanzaderas.“El desarrollo de la electrónica en los últimos años se ha notado mucho en la evolución de estos aparatos”, reflexiona Pereira. “Se ha mejorado en cuanto a las variaciones de frecuencia, que hacen que los movimientos sean más suaves que antaño”, añade.
La mejora de los sistemas eléctricos ha dado, por otro lado, más precisión a estas máquinas, optimizando el mecanismo logístico de cada almacén. Y se controla mejor la velocidad. El criterio de velocidad de las lanzaderas es fundamental, ya que condiciona o pre establece el funcionamiento de todo el conjunto de la logística de la nave.“Hoy en día, todas las lanzaderas son tecnología pura. Esto se aprecia claramente en los variadores de frecuencias, que tiempo atrás eran bastante simples, en cambio ahora son extremadamente complejos. Algo parecido pasa con la electrónica aplicada a estos vehículos”, comenta Marcos Pereiro.
En la mayoría de los casos estos vehículos están fabricados en acero inoxidable.Como los que los ingenieros de Mecalux han diseñado para Alimentos y Derivados Navarra. Se trata de unas lanzaderas especialmente acondicionadas para el ambiente en que se efectúan las tareas logísticas en el almacén de la empresa vasca. Por lo general, las ruedas de las lanzaderas consisten en un núcleo de acero revestido de vulcolán, una especie de goma dura que se emplea habitualmente en aplicaciones industriales. Los motores son de corriente de altura.
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PARKING AUTOMÁTICO CON LANZADERAS
Una de las aplicaciones más avanzadas de un sistema de lanzaderas es el llamado parking automático con lanzaderas. En el puerto de Vigo, en Galicia, ya se aplica esta forma de organización de las entradas y salidas de automóviles en este tipo de instalaciones.El sistema de lanzaderas es un mecanismo adecuado para conseguir el máximo aprovechamiento del espacio y densidad de almacenamiento en áreas especialmente irregulares.
Gracias a él se almacenan los coches como si fueran cargas estáticas asociadas a una plataforma, la cual facilita la ubicación ordenada del vehículo.Estas plataformas, con ruedas para ayudar en su manipulación, tienen la posibilidad de concatenarse de manera que pueden formar convoyes para conseguir reducir al mínimo el número de equipos mecánicos responsables del movimiento horizontal y vertical. Estos se encuentran ubicados en el elevador y la lanzadera.El parking automático con sistema de lanzaderas es de fácil uso, garantiza la seguridad, ya que la zona de almacenaje es de acceso restringido, evita el empleo de rampas y respeta el medio ambiente.
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TRES CASOS PRÁCTICOS
FORÉS DISEÑO
“Somos una firma que apuesta muy fuerte por la innovación y el reciclaje. Ninguna de nuestras máquinas tiene más de seis años”.Así de contundente se muestra Jesús Ferrer, director de producción de Forés Diseño. Es una muestra del espíritu que impera en esta compañía castellonense que en su autodefinición comienza con un: “Nuestros inicios se remontan a 1967. Tras 30 años, la empresa se mantiene joven, con maquinaria moderna…”
A lo largo de este tiempo, Forés ha intentado adelantarse al mercado. Primero, hace décadas, apostando por el mueble juvenil. A partir de 1992 la compañía dio un vuelco y fue la pionera en nuestro país del mueble kit, actividad en la que se centra actualmente. En su proceso de manipulación de pedidos y picking utilizan un sofisticado sistema de transportadores y lanzaderas guiados por fotocélulas y telemetría, respectivamente.
CESVIMAP
Cesvimap nace en 1983 por decisión de Mapfre Mutualidad, con 5.500.000 vehículos asegurados y una penetración del 20% en el sector de los seguros del automóvil.El grupo buscaba cambiar su metodología en relación al tratamiento de los siniestros y lograr una mayor profesionalización.Por otra parte, en aquella época, los peritos no recibían la necesaria formación en cuanto a pintura y carrocería, que son los elementos más dañados.
Por ello, la compañía decidió crear un centro de investigación a fin de obtener los conocimiento necesarios y después transmitirlos. Ésta fue la actividad inicial de Cesvimap, un centro de investigación en reparación del automóvil como consecuencia de accidentes, y no de averías, cuya especialización son sobre todo carrocerías y pintura.
Cartera de clientes
En la actualidad, ya no sólo se transmite el conocimiento adquirido a Mapfre sino que se trabaja con todos aquellos colectivos que puedan estar interesados en los frutos de sus investigaciones, como, por ejemplo,otras compañías de seguros, fabricantes de vehículos y de equipos, productos de reparación, talleres, etc. En definitiva, se imparten cursos, se elaboran artículos, se publican revistas y manuales...
Todo comienza con la selección de los siniestros más interesantes para Cesvimap con la finalidad de estudiar cómo se dañan los vehículos; cómo repararlos dependiendo de la estructura de los materiales (acero, plástico,carbono, fibra de vidrio...), qué capacitación deben tener los profesionales del taller, etc. El sistema de lanzaderas se emplea aquí para desplazar a los automóviles que han sido dañado shacia las estaciones de picking donde varios operarios realizan labores de valoración y manipulación de los coches.
TRANSPORTES ARNIELLA
Transportes Arniella es una empresa familiar cántabra, con sede en Santander, que se ha especializado en resolver la logística del sector químico. Desde su fundación en 1940 la compañía ha destacado por su dinamismo y adaptación a los continuos cambios experimentados en el transporte por carretera.
En la década de los setenta, la firma apostó por los envíos en cisterna y por la gestión logística de sólidos a granel. En los ochenta inició la implantación de almacenes propios en diversos puntos de la península Ibérica (hoy dispone de superficies de almacenaje en Santander, Tarragona y Murcia). Y en 2000 comenzó sus operaciones logísticas de outsourcing en planta. Todo ello siempre dentro del sector químico.
Oferta de clientes
En cuanto a los servicios que presta, actualmente sobresalen los de transporte (en cisterna de pulverulentos, convencional tautliner, contenedores, portuario, short sea shipping, interior de fábricas, suministro a producción y rescate de producto); logística (almacenaje de producto paletizado o de graneles, manipulación; reenvasado y llenado de contenedores liner, que incorporan una funda de plástico en su interior antes de ser provistos de producto a granel) y outsourcing.
En este último caso se trata de servicios logísticos a medida en casa del cliente que pueden incluir el aprovisionamiento de materias primas a las líneas de producción, el envasado y el paletizado, la gestión de los stocks, la expedición de las cargas y la limpieza.