Respuesta logística a la basura tecnológica

01 ago 2005

Una lavadora que ya no centrifuga. Un televisor definitivamente apagado. Un móvil sin cobertura. Una bombilla fundida. Un ordenador que se quedó bloqueado… Cualquier cementerio electrónico, de los miles que jalonan la geografía, es un pedazo desvencijado de historia, curiosear entre sus restos es recorrer las últimas décadas de desarrollo en la llamada sociedad de consumo: desde la pantalla que sólo mostraba imágenes en blanco y negro al primer modelo de teléfono inalámbrico; del vídeo Beta al VHS –ahora arrinconado por el DVD–; de la popular batidora "Un, dos, tres…" al Spectrum del pleistoceno cibernético.

Un paraíso para coleccionistas que, sin embargo, no tiene nada de romántico. Porque, estropeados, gastados o simplemente obsoletos, estos aparatos, provenientes de hogares, oficinas y comercios, suponen ya más del 4% de la basura producida en Europa. En el caso concreto de España, se generan unas 200.000 t de desperdicios electrónicos (también definidos como eléctricos y/o tecnológicos) al año.

Montañas de chatarra que en su mayor parte se acumulan en vertederos de todo el país. Restos de los más diversos artilugios de uso cotidiano que además de contaminantes y nada biodegradables contienen sustancias peligrosas para la salud. Deshacerse de estos residuos se ha convertido en una prioridad. Para lograrlo, resulta imprescindible la aplicación de una logística inversa que reduzca los riesgos sin penalizar en exceso a fabricantes ni consumidores.

 

Modernos, útiles y peligrosos

Desde que los primeros electrodomésticos se generalizaron en España, allá por la década de los sesenta del pasado siglo, el equipamiento de los hogares no ha dejado de ampliarse. Hoy, el 48,1% de las viviendas españolas dispone de ordenador, un 99,6% de televisión. El vídeo está en el 72,3% y el DVD casi ha duplicado su implantación en un año hasta llegar al 46,4% de los hogares.

Así lo pone de manifiesto la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a 2004. Desde este organismo se asegura, también, que un 99,58% de los hogares tiene frigorífico, un 97,9% lavadora, un 28,95% lavavajillas y el 58,3% microondas. A estos datos hay que sumar los 37,2 millones de usuarios de telefonía móvil, aunque es casi imposible calcular la cantidad de terminales, operativos o no, existente en el mercado (sólo el pasado ejercicio se vendieron aproximadamente 16 millones de unidades). Sin olvidar, cadenas de música, impresoras, teléfonos fijos, batidoras, aspiradoras y otros ingenios de penúltima generación.

Los electrodomésticos y aparatos electrónicos se han convertido en los reyes de hogares y oficinas occidentales. Pero no es el suyo un reino impoluto, más bien al contrario, los detritus de este imperio electrónico-digital se acumulan en los basureros, nada virtuales, de las sociedades desarrolladas..

Desde la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (ASIMELEC), su director general adjunto, Gonzalo Torralba, explica como "la Comisión Europea ha estimado que cada ciudadano del Viejo Continente produce de media 14 kg de basura tecnológica anual, siendo éste el flujo de residuos con mayor tasa de crecimiento en los últimos años. En la actualidad, casi un 90%de los residuos electrónicos termina en vertederos o incineradoras sin tratamiento previo alguno".

Allí pueden liberar los numerosos componentes tóxicos utilizados en su fabricación, como el litio de las baterías, el plomo de soldaduras y pantallas, el mercurio en monitores y lámparas fluorescentes, el bromo de carcasas y aislamientos plásticos o el cadmio de tóneres, tintas de impresora, monitores CRT o baterías recargables.

Pero esta realidad va a cambiar a partirde 2005. Una normativa comunitaria sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) obligará a los fabricantes a abonar los costes de reciclaje de los dispositivos. Desde la UE se pretende también fomentar un diseño de producción que facilite el desmontaje y la reutilización de las piezas.

 

"Quien contamina paga"

Siguiendo la directiva comunitaria, el Gobierno aprobó, el pasado 25 de febrero, el Real Decreto 208/2005 en el que se establece que "a partir del próximo 13 de agosto fabricantes e importadores de este tipo de equipamientos deberán disponer de sistemas de gestión para la recogida y el reciclado de sus aparatos en desuso".

Ellos serán los responsables directos de financiar los procesos. Aunque desde las distintas organizaciones sectoriales ya se avisa de un aumento en los precios que puede variar de un 2% a un 9%. La máxima en la elaboración del Real Decreto ha sido "quien contamina paga". Ayuntamientos y comunidades autónomas, responsables hasta ahora de los programas de recogida, se ven así liberados de esa carga que recae directamente en los fabricantes. Por este motivo, diferentes asociaciones sectoriales han puesto en marcha Sistemas Integrales de Gestión( SIG) para enfrentarse a los nuevos retos logísticos.

El objetivo es que a finales de 2006 se recojan un promedio de cuatro kilos de RAEE procedentes de hogares particulares por habitante y año, mientras que los fabricantes deben ser capaces de recuperar entre el 50% y el 80% de los bienes que producen.Tres son las líneas de residuos: Línea blanca: frigoríficos, lavavajillas, lavadoras,hornos y cocinas. Línea marrón: televisores, vídeos y equipos de música. Línea gris: ordenadores, periféricos y teléfonos móviles.

Dentro de estas series, los que están experimentando un incremento más espectacular son los residuos pertenecientes a la línea gris. El motivo: su menor vida útil y mayor dependencia de las innovaciones del mercado. Por esta razón, los fabricantes, agrupados en ASIMELEC, llevan tiempo desarrollando diferentes experiencias piloto para la aplicación de una logística inversa lo más integral posible.

 

Con cobertura

En palabras de Gonzalo Torralba, director general adjunto de ASIMELEC:"Hemos diseñado distintos modelos logísticos flexibles para la generación real de residuos de equipos en cada territorio, definiendo operativas de recogida adaptadas para grandes generadores (normalmente canal directo de venta) y generadores de tamaño medio y pequeño (canal indirecto deventa)".

El proceso, tal y como explican desde la patronal del sector, es más o menos el siguiente:una vez recogidos en los distintos puntos de generación, los residuos son trasladados hasta almacenes intermedios en los que se procede a su consolidación, con el objetivo de hacer viable la gestión económica del sistema.

Cuando el volumen de residuos consolidado permite completar un vehículo de gran tonelaje, son enviados a plantas de tratamiento autorizadas.De cara a la implantación generalizada de estos sistemas, Gonzalo Torralba afirma que "para poder desarrollarlos, las diferentes empresas del sector deberán acudir al mercado de transportistas y gestores de residuos. Por eso, desde ASIMELEC no descartamos la necesidad de nuevas inversiones en nuestro ámbito para adaptarnos al incremento, a corto y medio plazo, del flujo de este tipo de residuos".

No será, con todo, un proceso completamente nuevo. Desde hace algunos años, la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones, patronal con el apoyo de instituciones nacionales y comunitarias, ha puesto en marcha tres experiencias piloto conocidas como Tragamóvil, Ecopilas y Ecofimática.

Sus promotores consideran que, "en este sentido, los fabricantes españoles, en concreto los de teléfonos móviles y los de material informático, se han adelantado a las exigencias legales y han sido pioneros en la búsqueda de sistemas de recogida y reciclaje que, si bien no son rentables, tienden al coste cero".

 

Grandes y pesados

Si los de la línea gris son los más abundantes,los agrupados bajo el calificativo de línea blanca (frigoríficos, lavavajillas, lavadoras, hornos y cocinas…) son los que presentan mayor complejidad. Su tamaño dificulta la recogida, el transporte y el almacenamiento previos al propio reciclado. Este handicap está detrás, se excusan en ANFEL (Asociación Nacional de Fabricantes de Electrodomésticos Línea Blanca), del previsible incremento en los precios de este tipo de aparatos.

Sostienen en ANFEL que "los productores de grandes y pequeños electrodomésticos son los principales afectados por esta nueva norma, ya que se estima que tendrían que gestionar el 75% del total de estos residuos". Por este motivo, ANFEL y la Asociación de Fabricantes de Pequeño Electrodoméstico (FAPE) han creado la Fundación ECOLEC (a la que también se han adherido empresas expendedoras).

ECOLEC pretende ser un referente en la gestión de residuos. Su primer objetivo es, tal y como se desprende de las declaraciones de los socios fundadores, "el establecimiento y gestión de sistemas de recogida, transporte, depósito,valoración, tratamiento y control de residuos de aparatos, equipos, componentes eléctricos y electrónicos y sus respectivos envases".

ECOLEC aspira a convertirse en el sistema de financiación colectiva de gestión de residuos más importante de España. A la pregunta de cómo lo van a lograr, José Ramón Carbajosa, coordinador del comité directivo de la Fundación ECOLEC, expone los puntos a favor con los que cuentan: "Por una parte, los grandes electrodomésticos procedentes de hogares particulares, o electrodomésticos de línea blanca, tienen cierto valor cuando se transforman en residuos. El contenido metálico medio de este tipo de productos va desde el 40% de una lavadora al 90% de una cocina. Por lo tanto, tienen valor como chatarra y ya existe un mercado para ellos cuyo destino es la industria siderúrgica".

A esta primera ventaja, hay que añadir la tradición, existente en España, de sustituir el antiguo electrodoméstico al ofrecer uno nuevo, y gracias a esta práctica se consigue, según mantienen en ECOLEC, la recogida del 75% de los electrodomésticos en desuso. El resto–añade José Ramón Carbajosa– se gestiona vía puntos limpios (instalaciones gestionadas por ayuntamientos y mancomunidades en los que se recogen gratuitamente residuos especiales del ámbito particular).

"Unos y otros ya van camino de las recuperadoras que después los desvían ,mayoritariamente, a la industria siderúrgica".Además, ECOLEC está ensayando la fórmula para apartar de los circuitos los RAEE catalogados como peligrosos. Por ejemplo, en el caso de los frigoríficos que contengan gases con efecto invernadero deberán identificarse y almacenarse aparte para proceder a su descontaminación en plantas especializadas.

A pesar de estas iniciativas y de los cálculos positivos,desde ECOLEC no son muy optimistas a la hora de valorar la futura entrada en vigor del Real Decreto. El problema, apunta Carbajosa, es "la ausencia del registro de productores al que obliga la ley y que determina quién es el responsable del futuro reciclaje y, por otra parte, la falta de requisitos para que las empresas puedan reciclar en todas las comunidades autónomas. Por eso, no creemos que en agosto esté listo y pueda realmente empezar a aplicarse".

De una u otra forma, el paisaje de la basura en España, y en Europa, deberá empezar a cambiar a partir de agosto de 2005. En esta transformación la logística inversa y el reciclado van a desempeñar papeles protagonistas. Por una parte, la gestión integral de los residuos eléctricos y electrónicos, que arrancará en el momento de la identificación y el etiquetado de cada aparato,será un punto cardinal para su recogida y posterior tratamiento, así como para su eliminación cuando proceda.

Por otra, una buena parte de los materiales utilizados en equipos eléctricos y electrónicos es reciclable: la mitades hierro y acero, más del 20% plástico, el 13% otros metales (incluidos metales preciosos) y el 5% vidrio. Se calcula que si se procesase el 70%de las 200.000 t de basura electrónica que se producen anualmente en España, se podrían recuperar más de 90.000 toneladas de metales, 30.000 de plásticos y 13.000 de vidrio.

 

MÓVIL PARA RECICLAR

La esperanza de vida de un móvil no alcanza los dos años. Como media, estos ya imprescindibles artilugios, suelen apagarse definitivamente a los dieciocho meses. En ese momento, terminales, baterías y accesorios se convierten en deshechos contaminantes (el cadmio que contiene una sola batería basta para contaminar más de 600.000 litros de agua), pero reutilizables en un 90%. A pesar de estas cifras, muchos de ellos acaban almacenados en cajones y armarios. De hecho, se calcula que sólo cuatro de cada diez dispositivos móviles existentes en el mercado español están operativos.

Hay tres tipos de residuos principales procedentes del teléfono móvil:

Terminales: carcasas, displays, placas de circuito impreso y componentes

eléctricos.

Baterías: níquel-cadmio, níquel-metal hidruro e ión-litio.

Accesorios: cargador/transformador, base, teclado, antena, etc.

Como programa piloto para su reciclado, la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (ASIMELEC) puso en marcha, en verano de 2001, una campaña de recogida de móviles (Tragamóvil) en poblaciones de más de 50.000 habitantes.

Gonzalo Torralba, director general adjunto de ASIMELEC, repasa las diferentes fases de este programa piloto:"Por lo que respecta a la operativa, todos los teléfonos móviles que se recogen dentro de la iniciativa Tragamóvil son transportados hasta plantas de tratamiento autorizadas para la gestión final, donde se someten al proceso de reciclado. Una vez recibidos, la primera fase del reciclado consiste en la retirada de los potenciales elementos contaminantes. En este momento también se efectúa un proceso de clasificación de los residuos en función de su destino final".

"Seguidamente -continúa Torralba-, las fracciones de terminales y cargadores pasan a una etapa de reciclado a través de un sistema de molienda y trituración utiliza la vibración por aire para separar el plástico del material pesado hasta obtener las diferentes materias primas]. Finalmente estos materiales pesados salen en forma de serrín y luego se reutilizan: mediante distintos procesos mecánico-físicos se consigue obtener materias primas secundarias, que volverán a ser introducidas en el ciclo productivo".

En 2004, la iniciativa Tragamóvil trató 74.647 kg de desechos de telefonía móvil. Lo que supone que desde su puesta en marcha son más de 201.193 kg de residuos los que se han recogido evitando que su destino final sea el vertedero. Este es el motivo por el que los promotores de esta experiencia, subvencionada por el programa Life-Medio Ambiente de la Unión Europea, se felicitan. Sin embargo, ellos son los primeros en saber que la situación dista mucho de ser ideal. Por eso reconocen que la distancia entre la venta de celulares y su reciclado es aún inmensa.

No es ésta la única iniciativa auspiciada por ASIMELEC. Desde que en 2002 inició su andadura Ecofimática, sus promotores señalan que a través de este SIG (Sistema Integral de Gestión) se han recogido y gestionado adecuadamente por el momento más de 300 t de residuos informáticos y de oficina. También cuentan con el proyecto Ecopilas para la recogida de residuos de pilas, acumuladores y baterías portátiles usadas.

 

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EL REAL DECRETO ESTABLECE QUE…

 

Los últimos poseedores podrán devolver los aparatos, sin coste, a los distribuidores o a las entidades locales que recibirán temporalmente los procedentes de hogares particulares y, previo acuerdo, los de uso profesional.

Posteriormente,los productores deberán hacerse cargo de ellos y proceder a su correcta gestión. Si estos no realizan por sí mismos dicha gestión, deberán entregarlos a gestores autorizados o participar en sistemas integrados de gestión.

En aplicación del principio "quien contamina paga" el productor debe hacerse cargo de los costes de la gestión, incluida la recogida desde las instalaciones de almacenamiento temporal establecidas por los entes locales o desde los distribuidores, de los residuos que se generen tras el uso de los aparatos eléctricos o electrónicos que se pongan en el mercado a partir del 13 de agosto de 2005.

Se prevé, asimismo, la financiación de los costes de gestión de los residuos procedentes de aparatos puestos en el mercado antes de dicha fecha dependiendo de si aquéllos proceden de hogares particulares o de uso profesional.

Los productores de aparatos eléctricos y electrónicos deberán inscribirse o estar inscritos en el Registro de establecimientos industriales, constituido al amparo de la Ley 21/1992, de 16 de julio, de Industria, y del Reglamento del Registro de establecimientos industriales de ámbito estatal, aprobado por el Real Decreto 697/1995, de 28 de abril.

Los aparatos que se pongan en circulación a partir del 13 de agosto de 2005 se marcarán para identificar a su productor y para constatar que han sido puestos en el mercado después de dicha fecha, y se etiquetarán, además, con el símbolo que indica la recogida selectiva de aparatos eléctricos o electrónicos.

Este símbolo, el contenedor tachado, se estampará de manera visible, legible e indeleble. A partir de 2006 se prohibirá la utilización de plomo, mercurio, cadmio, cromo hexavalante y otros materiales tóxicos en la fabricación de ordenadores y electrodomésticos.

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LISTADO DE APARATOS QUE HABRÁ QUE RECICLAR

(Listado no exhaustivo según categorías)l

Grandes electrodomésticos: grandes equipos refrigeradores (frigoríficos, congeladores...),lavadoras, secadoras, lavavajillas,cocinas, estufas eléctricas y aparatos de aire acondicionado.

Pequeños electrodomésticos: aspiradoras, freidoras, molinillos, cafeteras, cuchillos eléctricos, relojes de pulsera, aparatos utilizados para coser, hacer punto y para otros procesos de tratamiento de textiles.l

Equipos de informática y telecomunicaciones:

a) Proceso de datos centralizado: grandes ordenadores, miniordenadores y unidades de impresión.

b) Sistemas informáticos personales: ordenadores personales (incluyendo unidad central, ratón, pantalla y teclado), ordenadores portátiles (incluye unidad central, ratón, pantalla y teclado), teléfonos tradicionales y celulares.

Aparatos electrónicos de consumo: radios, televisores,videocámaras, vídeos y cadenas de alta fidelidad.

Aparatos de alumbrado: luminarias para lámparas fluorescentes, excluidas las de hogares particulares.l

Herramientas eléctricas y electrónicas (excepto las herramientas industriales fijas permanentemente y de gran envergadura, instaladas por profesionales): taladradoras, sierras y máquinas de coser.

Juguetes o equipos deportivos y de tiempo libre: trenes eléctricos o coches en pista eléctrica, consolas portátiles, videojuegos y máquinas tragaperras.

Aparatos médicos (excepto todos los productos implantados e infectados): aparatos de radioterapia, cardiología y diálisis.l Instrumentos de vigilancia y control: detector de humos, reguladores de calefacción, termostatos y aparatos de medición, pesaje o reglaje para el hogar o como material de laboratorio.l

Máquinas expendedoras: ya sea de bebidas calientes o de botellas y latas frías.