Según la consultora Capgemini, la inteligencia artificial generativa o genAI, la computación cuántica, los semiconductores, las baterías y la tecnología espacial tendrán un gran peso y vivirán avances significativos en el futuro cercano.
Una genAI ‘más pequeña’
En cuanto a la genAI, los expertos señalan que los progresos logrados desde su popularización en 2022 indican una evolución hacia modelos más accesibles, versátiles y rentables. En ocasiones “menos es más”, y eso es precisamente lo que se busca en esta rama de la inteligencia artificial: se necesitan modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM) más reducidos que empleen menos recursos a la hora de entrenarse y operar. El reto pasa por lograr que la IA compute de forma más eficiente, útil y confiable. Innovaciones como Alpaca de Standford y empresas como Mistral AI y Aleph Alpha están liderando este movimiento. Por su parte, Microsoft y Google están entrando en escena con el grupo de investigación Orca y Gemini Nano.
Computación cuántica a gran escala
La computación cuántica dejó de existir únicamente en el plano teórico en 2024 y los ordenadores cuánticos ofrecen unas capacidades superiores que abren la puerta a aplicaciones comerciales en el mundo real. Empresas, startups e institutos de investigación ya compiten en áreas como la investigación en logística y operaciones, la física de la materia condensada, la química cuántica, la dinámica de fluidos computacional, las ecuaciones diferenciales parciales, los muestreos y el método de Montecarlo.
Capgemini sostiene que, aunque pueden faltar varios años para ello, todos los líderes empresariales y expertos en tecnología se verán afectados por este hito que se acerca y que cada vez más organizaciones emprenderán su “transición cuántica”. Google espera alcanzar el millón de cúbits en 2029 e IBM mira al 2030.
Semiconductores con IA
Se espera que todas las industrias vivan una transformación digital acelerada que permita conectar desde teléfonos inteligentes, hasta centros de datos y telecomunicaciones pasando por vehículos eléctricos. Esto hará cambiar el ecosistema de los semiconductores, que contará con nuevas megafactorías, regulaciones y modelos de negocio. Mientras se estudia cómo incorporar más componentes a los circuitos integrados, hay quienes apuestan por añadir IA al chip para reducir el movimiento de datos y quienes la utilizan para optimizar el consumo de energía.
La revolución de las baterías
La mayor demanda de almacenamiento de energías renovables como la eólica o la solar está acelerando el desarrollo de baterías de iones de sodio sin cobalto. Las baterías de estado sólido representan un gran cambio en esta tecnología —en especial en lo relativo a vehículos eléctricos— y prometen mayores densidades energéticas a un coste más reducido. Además, disminuyen la dependencia de materiales como el litio, el níquel, las tierras raras o el grafito, ofrecen una vida útil más prolongada y una mayor seguridad.
Tecnología espacial para los problemas de la Tierra
La humanidad se está preparando para volver a la Luna con la misión Artemis II de la NASA, que enviará astronautas a su órbita por primera vez desde la misión Apolo 17 de 1972. Mientras tanto, el Internet of Things está alcanzando una nueva dimensión gracias a las constelaciones de satélites. Se están lanzando miles de CubeSats, ChipSats y otros nanosatélites al espacio, y cada uno de ellos cuenta con sensores en miniatura y equipos de comunicación. El gran volumen de datos que se está recolectando ayudará en proyectos relacionados con patrones climáticos o migraciones de animales.