Almacén para desguace de automoción

28 mar 2014

Desguace Malvarrosa ha logrado reducir la superficie de sus instalaciones desde los 20.000 m2 hasta los actuales 6.900 m2 construidos que tiene su nueva sede, gracias a la incorporación de un almacén automático de 12 m de altura y capacidad para 3.200 paletas y 12.900 cajas.

Desde su fundación en el año 1981, la especialidad de Desguace Malvarrosa es la venta de piezas de recuperación (segunda mano), recambios y accesorios para el automóvil, tarea para la que está certificada como Centro Autorizado para el Tratamiento de vehículos fuera de uso. Su nueva sede central, situada en el polígono industrial La Reva de Ribarroja del Túria (Valencia), cuenta con las siguientes áreas de trabajo: zona de recepción de vehículos, donde se emite el certificado de destrucción; zona de descontaminación de 3.000 m2, con equipos para el tratamiento y reutilización del agua y contenedores adecuados para cada tipo de componentes; zona de desmontaje, con superficies impermeables; almacén robotizado con capacidad para más de un millón de piezas; y zona de mostrador para atender y asesorar al cliente. La superficie total construida es de 6.896 m2.

El nuevo almacén automatizado ha contribuido a organizar el negocio de la compañía no como un desguace tradicional, sino como un almacén en el que todas las piezas están referenciadas y organizadas para que cualquier petición pueda ser inmediatamente atendida. Con estanterías de 12 m de altura y capacidad para 12.864 cajas y 3.200 paletas, este almacén es, sin duda, la innovación más importante de la nueva sede. Cuatro robots transelevadores son los encargados de trasladar y almacenar la mercancía.

Las estanterías para cajas (hasta tres tipos de unidades, dependiendo de las piezas a almacenar) están formadas por 135 módulos con 24 niveles de carga en altura cada uno, que son atendidos por dos robots transelevadores. En la instalación para paletas, donde se almacenan los elementos de mayor volumen, como por ejemplo los motores, los niveles de carga en altura son siete. Además de las tradicionales paletas, la empresa ha diseñado para estas estanterías unas jaulas paletizadas que incorporan varillas que se deslizan sobre guías y sirven para depositar verticalmente puertas y cristales de vehículos. También aquí son dos robots los encargados de trasladar la mercancía hasta los puestos de picking situados en la cabecera del almacén.

Antes de ser almacenadas, todas las piezas son fotografiadas y referenciadas mediante códigos de barras, que contendrán todo el historial de la pieza desde que entró en la instalación: coche del que procede, quién y cuándo la desguazó y las observaciones hechas por el mecánico experto. Toda esta información se incorpora al sistema informático de la compañía. Esto permite posteriormente su localización inmediata, así como la ausencia de errores en su identificación.

Un potente software permite controlar todo los procesos: recepción del vehículo, descontaminación, desmontaje, control de calidad, almacenaje y ventas. De este modo es posible saber en todo momento qué piezas están disponibles y obtener una gran fiabilidad a la hora de responder a cualquier petición de material. Esta metodología es especialmente importante en esta compañía, puesto que cada pieza almacenada proviene de un coche distinto y, por tanto, es una referencia única.

Sobre la decisión de instalar un almacén automatizado, la gerente de Desguace Malvarrosa, Pepa Fandos, asegura que “el almacén debía ser inteligente, porque en nuestra actividad, si se deja en manos de una persona la decisión sobre dónde se guarda una pieza, es habitual el error humano a la hora de ir a buscarla”.

El almacenaje en altura y la eliminación de pasillos gracias a la automatización de los procesos también han permitido un significativo ahorro de espacio, circunstancia valorada de forma especial por parte de la dirección de la compañía. “Como no nos dedicamos a una sola marca, sino que las comercializamos todas –afirma Fandos– debemos tener un gran stock. Pero el terreno es muy caro, de modo que teníamos que optimizar el espacio. Con el nuevo almacén hemos logrado pasar de una superficie de 20.000 m2 a los actuales 6.000 m2 construidos. Antes, por ejemplo, los motores los almacenábamos en el suelo y los movíamos con un puente grúa, mientras que ahora con unas estanterías de 12 m de altura hemos ganado capacidad y reducido al mismo tiempo el espacio ocupado”.

Descontaminación

Hasta que una pieza desguazada llega a las estanterías, se ha seguido un largo proceso que comienza cuando los vehículos llegan a la nave. La entrega del coche se acredita mediante el Certificado de Destrucción, que es totalmente gratuito, garantiza el fin de la vida útil del vehículo y da lugar a su inmediata descontaminación como residuo peligroso. Además servirá para justificar (es obligatorio desde el pasado mes de febrero) la baja definitiva en el Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico.

En la sección de descontaminación se extraen todos los líquidos y materiales que dañan el medio ambiente (combustible, líquido de transmisión, aceites del motor, del diferencial, de la caja de cambios, líquidos de refrigeración, de frenos, anticongelante, baterías de arranque, filtros de aceite, etc.) y se almacenan en su contenedor correspondiente para su posterior traslado a empresas autorizadas para el reciclado de estas materias. A continuación, en la sección de desmontaje, se extraen las piezas que están en condiciones de ser reutilizadas, mientras que las piezas metálicas no aptas son enviadas a una máquina fragmentadora (una prensa). Los componentes susceptibles de reutilización son remitidos a la sección de control de calidad para su revisión y posterior almacenaje.

La compañía ha adecuado sus instalaciones para no dañar el medio ambiente, una cuestión relevante teniendo en cuenta que se trata de un tipo de empresa a la que llegan gran cantidad de residuos. Como parte de su compromiso por mantener su entorno en las mejores condiciones posibles, Malvarrosa ha sido, afirman desde la empresa, el primer desguace de la Comunidad Valenciana homologado por ATISAE, al cumplir todos los requisitos necesarios para el tratamiento de residuos.

Servicio a domicilio

Cuando son de segunda mano, algunas piezas de automóvil no cumplen las normativas de seguridad, por lo que son las primeras en ser desechadas cuando llega un coche al desguace. Para estos casos, la empresa ofrece como sustitutas piezas nuevas, para poder completar su catálogo de producto.

Malvarrosa dispone de un servicio propio de reparto para las provincias de Valencia, Castellón, Alicante, Tarragona, Albacete y Cuenca. Las expediciones al resto de provincias se sirven a través de agencias de transporte. El cliente principal de esta empresa valenciana es el taller y los profesionales de la automoción, que cursan sus pedidos por teléfono y son atendidos a domicilio. En el futuro se contempla la posibilidad de que los pedidos se realicen a través de Internet con la facilidad añadida de poder consultar el stock en tiempo real.

Fue precisamente el servicio a domicilio lo que en su día permitió a la compañía destacarse de la competencia. Antes cuando alguien se dirigía a un desguace, le dejaban pasar a un descampado donde él mismo debía apañárselas para desmontar la pieza de un coche. Malvarrosa cambió esa filosofía de trabajo y empezó a desguazar los coches con personal propio. En un primer momento, la mano de obra encarecía el producto, sin embargo el resultado final era un ahorro de costes: “al usuario que sólo quería un piloto –afirma Fandos– le importaba poco si para sacarlo destrozaba el coche (estropeaban básicamente todo lo que había alrededor de la pieza). Por eso pusimos un mostrador y comenzamos a no dejar pasar a nadie; el cliente pedía el producto que necesitaba y nosotros se lo llevábamos por la tarde al taller”. La competencia no tardó en copiar este modelo, al que más tarde, en 1987, Malvarrosa ya añadió un almacén con estanterías para guardar las piezas recuperadas.

Producto al hombre

Aplicando el principio de que es la mercancía la que se acerca al hombre y no al revés, gracias al nuevo almacén “las ventas son más rápidas, porque los transelevadores traen las piezas y el operario no debe desplazarse. Además, al haberse reducido el error humano, también nos ahorramos el tiempo que antes se perdía en devolver la pieza equivocada y regresar con la correcta –asegura la gerente de Desguace Malvarrosa”.

Continuando con los motivos que llevaron a la compañía a decantarse por la implantación de un sistema automatizado. Desde la compañía aseveran que, para trabajar con estanterías de esta altura, “si lo hiciéramos con personas, habría que tomar tantas medidas de seguridad que, al final resultaría más caro que la inversión de los transelevadores”. Por otra parte, la aplicación de nuevas tecnologías a las tareas de almacenaje también ha permitido liberar personal y destinarlo a otras tareas. Fandos comenta al respecto que “antes teníamos muchos empleados dedicados a guardar las piezas en las estanterías, mientras que ahora tenemos más personal destinado al control de calidad”. Ciertamente, la implantación de un almacén automático no es habitual en un negocio de desguace y venta de piezas de segunda mano. Sin embargo, este sector de actividad ha sufrido grandes cambios en los últimos años, y ya no basta con tener un trozo de suelo en el que acumular chatarra. En la actualidad, para abrir un Centro Autorizado de Tratamiento de vehículos (CAT) fuera de uso hay que cumplir una estricta normativa antes de obtener la concesión administrativa (renovable cada cinco años). Asimismo, la concesión limita el número de vehículos anuales que un CAT puede descontaminar, y esa limitación se establece en base a la capacidad de las instalaciones, puesto que la legislación dice que no se pueden almacenar coches de desguace durante mucho tiempo.

En sus antiguas instalaciones de Alborada (Valencia), Desguace Malvarrosa podía recepcionar 5.000 vehículos al año, mientras que en el nuevo centro de Ribarroja del Túria la empresa ha solicitado, de entrada, poder descontaminar 10.000 unidades anuales. No obstante, Pepa Fandos asegura que, en la práctica, ahora “no tenemos límite, puesto que la asignación depende de lo rápido que puedan ser descontaminados los coches, y nosotros tenemos muchos puntos de descontaminación y podemos hacer varios turnos”.

 
Directiva comunitaria
 

La directiva europea relativa a la gestión de los vehículos al final de su vida útil (2000/35/CE) se publicó en septiembre de 2000. España fue el sexto país de la Unión Europea en transponerla a su derecho interno mediante el Real Decreto 1383/2002 de 3 de enero de 2003. Uno de los principales objetivos de la normativa es obligar a que los vehículos terminen su ciclo de vida útil de una forma medioambientalmente correcta. El tratamiento deberá reducir al mínimo las repercusiones sobre el medio ambiente, contribuyendo así a la protección, conservación y mejora de la calidad ambiental y a la conservación energética.

En Europa se producen al año más de ocho millones de toneladas de material para reciclar. Solamente en España, durante el pasado año se dieron de baja más de un millón de vehículos. Los materiales que forman un vehículo se pueden desglosar del siguiente modo: acero laminado (40,5%), acero (19,5%), plásticos (9,4%), aluminio (9%), hierro (6,5%), gomas (6,1%), otros (4,1%), vidrio (3%), cobre (1%) y fluidos (0,9%). Por su parte, las piezas recicladas con mayor demanda son, en cuanto a mecánica y electrónica: motores, cajas de cambio, alternadores, sistemas de inyección, elevalunas, cierres centralizados y electroventiladores. En lo que se refiere a la carrocería de los coches, las piezas con más salida son las aletas, las puertas, los capós, los frentes atornillables y los paragolpes. Por último, los accesorios más demandados son los faros y pilotos, las rejillas y los spoilers.

 

Ficha técnica del almacén automático para paletas

Longitud de las estanterías: 74 m
Anchura de las estanterías: 13,8 m
Altura de las estanterías: 12 m
Nº de pasillos: 2
Niveles de carga: 7
Unidad de carga: Paleta de 1.000 x 1.200 mm
Carga máxima: 1.000 kg/paleta
Capacidad total: 3.280 paletas
Transelevador: 2 unidades
Puestos de picking: 2

Ficha técnica del almacén automático para cajas
Longitud de la estantería: 74 m
Anchura de las estantería: 4,5 m
Altura de las estantería: 12 m
Módulos: 135
Niveles de carga: 24
Unidad de carga: Cajas de 400 x 600 x 370 mm
Carga máxima: 50 kg/caja
Capacidad total: 12.864 cajas
Transelevador: 2 unidades
Puestos de picking: 2 unidades