Técnicas de almacenamiento para un uso eficiente del espacio
Las técnicas de almacenamiento son las formas en las que se organiza la mercancía en un almacén. En función de sus particularidades y nivel de demanda, los artículos pueden colocarse en el suelo o en estanterías. Una vez elegido el lugar en el que se almacenan los productos, las empresas definen un criterio para organizarlos: por ejemplo, agrupar los productos similares en un mismo espacio o destinar los niveles inferiores de las estanterías a los productos pesados.
Elegir la técnica de almacenamiento adecuada es una decisión vital para cada instalación logística, porque la opción escogida tendrá un impacto directo en el desarrollo de las operativas en el almacén. Para valorar qué método se ajusta más a las necesidades del negocio es indispensable analizar variables como el espacio disponible, el tipo y cantidad de artículos almacenados, los embalajes usados y el flujo de trabajo.
En este artículo veremos las técnicas de almacenamiento más habituales en instalaciones logísticas:
Almacenamiento en el suelo
El almacenamiento en el suelo, también conocido como almacenamiento en bloque, es una técnica de almacenamiento que consiste en colocar la mercancía directamente en el suelo. Los artículos que se almacenan en el suelo y tienen una gran rotación suelen agruparse en una zona específica del almacén para facilitar su localización para la preparación de pedidos.
Una de las ventajas del almacenamiento en el suelo es el ahorro de costes. Es el método de almacenaje más económico de todos, ya que no requiere de estanterías. Sin embargo, esta opción suele descartarse por algunos de sus importantes inconvenientes: obliga a recorrer largas distancias a la hora de localizar cualquier referencia para preparar los pedidos o para reponer la mercancía, desaprovecha la superficie disponible y tiene un riesgo elevado de que se produzcan desplomes.
Almacenamiento en estanterías
La técnica más habitual para almacenar la mercancía en los almacenes es en estanterías. Estas estructuras optimizan el espacio del almacén, aportan una mayor seguridad a la mercancía y a los operarios y maximizan el rendimiento de la instalación.
Las estanterías pueden subdividirse en tres categorías:
Almacenaje en estanterías con acceso directo
Las estanterías con acceso directo se caracterizan porque los productos pueden extraerse directamente desde los pasillos de trabajo. Con esta solución, se consigue una accesibilidad total a la mercancía, lo que facilita las tareas de almacenaje y preparación de pedidos. Este tipo de estanterías requieren pasillos anchos para que los operarios introduzcan y extraigan los productos de sus ubicaciones con la ayuda de carretillas elevadoras.
En este grupo se engloban principalmente dos sistemas de almacenaje:
- Estanterías para palets convencionales. Es uno de los sistemas más extendidos en almacenes por su versatilidad, bajo coste y fácil implantación. Las estanterías para palets pueden ser de simple o doble profundidad (colocando un palet detrás de otro en cada ubicación). Los operarios pueden trabajar con estas estanterías utilizando cualquier equipo de manutención, siempre y cuando el pasillo tenga la anchura apropiada.
- Estanterías móviles para palets. Son estanterías para palets colocadas sobre bases móviles que se desplazan de forma autónoma para abrir un pasillo de trabajo. Cuando el operario da la orden de apertura de un pasillo mediante un mando de radiocontrol, las estanterías se abren en cascada para que los operarios puedan entrar en un pasillo y extraer o depositar la mercancía en sus ubicaciones. Este sistema reduce el número de pasillos al mínimo indispensable, lo que genera una mayor capacidad de almacenaje sin perder acceso directo a la mercancía.
Almacenaje en estanterías compactas
El almacenaje compacto es una técnica de almacenamiento en la que se reducen los pasillos donde operan los equipos de manutención. Las estanterías proporcionan una mayor capacidad de almacenaje y aprovechan mejor la superficie del almacén en comparación con las estanterías con acceso directo. El almacenaje compacto es una opción habitual para alojar productos de gran consumo que tengan pocas referencias y muchos palets.
Dentro de esta categoría se incluyen:
- Estanterías drive-in. Son estanterías en las que los operarios con los equipos de manutención deben penetrar en el interior para depositar o extraer los palets. Las estanterías están formadas por calle con carriles donde se colocan los palets.
- Estanterías push-back. Son estanterías con niveles formados por carros o rodillos que están ligeramente inclinados. Su funcionamiento es muy sencillo: al introducir un palet nuevo, este empuja a los que ya están almacenados. A su vez, al extraer uno, los demás se desplazan hacia delante por efecto de la gravedad.
- Estanterías dinámicas. En estas estanterías, formadas por canales con rodillos y una ligera inclinación, los palets se desplazan de forma autónoma desde la parte más alta del canal hasta la más baja. Esta técnica de almacenamiento garantiza una perfecta rotación de la mercancía, ya que el primer palet en introducirse en el canal será el primero en ser extraído.
- Pallet Shuttle. Es una evolución de los sistemas por compactación en el que se incorpora un carro motorizado que manipula los palets por el interior de los canales de almacenaje. Con la ayuda de este carro motorizado, las tareas de almacenaje son mucho más rápidas.
Almacenaje de productos especiales o voluminosos
Los productos especiales o de mayores dimensiones —como neumáticos, tubos de gran tamaño, perfiles o bobinas— requieren de técnicas de almacenamiento particulares. Para estos casos, las empresas suelen recurrir a dos tipos de estanterías:
- Estanterías cantilever. Son estanterías que se componen de columnas sobre las que se adhieren unos brazos en voladizo. En los brazos se coloca mercancía voluminosa y con un largo variable como tubos o perfiles. Una de las particularidades de estas estanterías es que ofrecen acceso directo para manipular la mercancía con facilidad.
- Estanterías para bobinas. Estanterías diseñadas para almacenar y facilitar la manipulación de productos enrollados en bobinas como cables, hilos eléctricos o alambres. Son estanterías que pueden adaptarse fácilmente a las características de la mercancía, sus dimensiones y uso.
Para elegir la técnica de almacenamiento idónea, las empresas deben analizar las particularidades de sus artículos, el espacio de que disponen y los flujos del almacén. Con todos estos datos, las compañías proveedoras de sistemas de almacenaje asesorarán sobre si los sistemas con acceso directo, por compactación o para productos especiales o voluminosos son los más adecuados.
Gestión óptima de las ubicaciones
Además de aplicar la técnica de almacenamiento correcta en cuanto al sistema de almacenaje, otra necesidad habitual en los almacenes es determinar la forma adecuada de ubicar la mercancía en función de los huecos disponibles.
Una correcta gestión de los artículos y trabajos del almacén incrementa la capacidad física de almacenaje y mejora la productividad. Para ello, muchas compañías recurren a un software de gestión de almacenes (como Easy WMS de Mecalux), que automáticamente asigna la ubicación óptima para cada mercancía en función de distintas variables como el tipo de artículo, la referencia y la rotación.
Movimiento automático de mercancías
Otra técnica de almacenamiento a la que recurren cada vez más empresas es la de los almacenes automáticos. Consiste en dotar al almacén de equipos de manutención automáticos como, por ejemplo, transelevadores para palets o transportadores para palets, encargados de mover la mercancía con total autonomía.
La automatización es muy útil para obtener una mayor velocidad en las entradas y salidas de la mercancía. Además, limita sobrecostes en el almacén, como aquellos producidos por errores en las tareas de almacenaje y preparación de pedidos.
Técnicas de almacenamiento para un almacén bien organizado
El orden es primordial en cualquier almacén. Por ese motivo, las empresas buscan las técnicas de almacenamiento idóneas para dar cabida a todos sus productos y facilitar las operativas, desde las recepciones, hasta la preparación y expedición de los pedidos. Elegir un sistema de almacenaje es una decisión de vital importancia para cualquier negocio, porque tiene un impacto directo en el rendimiento del almacén. Por ello, es recomendable contar con el asesoramiento de una empresa experta en soluciones de almacenaje.
En Mecalux tenemos una larga experiencia buscando soluciones de almacenaje para resolver cualquier necesidad logística. Disponemos de un catálogo muy amplio de soluciones de almacenaje, desde sistemas de paletización convencional hasta almacenes completamente automáticos. Contacta con nuestro equipo técnico para que te informemos sobre cuál es la mejor solución para tu almacén.