El milagro económico coreano

04 sep 2002

Corea del Sur atrajo la atención este verano por su coorganización junto a Japón del Mundial de Fútbol 2002. Pero el país tiene hoy un perfil propio logrado a fuerza de proyectar en las últimas décadas una imagen de marca industrial e intereses económicos globales basados en extraordinarios recursos humanos.

Los Juegos Olímpicos de Seúl, en 1988, colocaron al país por primera vez en el centro de la atención internacional. Hoy comprobamos con asombro su clasificación como una de las diez potencias comerciales del mundo, un país que hace cuarenta años tenía un nivel de vida tercermundista.

Es famoso el ascenso económico del sur de la península coreana. Hay factores explicativos del éxito, como su alineamiento político con Occidente y la ayuda norteamericana de posguerra –incluido el estímulo para la industria pesada de la vecina guerra de Vietnam– que contribuyeron a los grandes saltos cualitativos, de los que Corea del Norte ha carecido. Pero también existen factores internos que han llevado a la fuerza laboral coreana a lograr la mayor productividad manufacturera por hora del mundo entre 1995 y 2002.

El país está perfectamente capacitado para competir en la economía globalizada y para transformarse en un socio clave porque además encabeza el ranking internacional de 2001 en ciencias y matemáticas en educación secundaria. La asignatura pendiente es la tradicional falta de inversiones del exterior, tendencia que, sin embargo, está cambiando tras la crisis asiática de 1987-98, al ofrecer nuevas posibilidades de negocios a Europa.

 

Economía, infraestructuras, proyectos e inversiones con el exterior

La economía ha vuelto por la senda del crecimiento, aunque no sin turbulencias. La reforma de los "chaebol", gigantescos conglomerados de empresas con actividades en múltiples sectores, ha sido uno de los principales objetivos de la liberalización de la economía de Corea del Sur para evitar la reproducción de una crisis como la de 1997.

Hace un año el gobierno de Seúl consiguió salvar de la bancarrota a la división de construcción de la emblemática Hyundai tras un préstamo de emergencia de los grandes bancos, controlados por el gobierno, procedimiento equivalente a una nacionalización. La paradójica medida adoptada por Seúl está relacionada, sin embargo, con el rechazo social que las disposiciones liberalizadoras han provocado tras los ajustes emprendidos después de la crisis.

Durante varios meses del año pasado se sucedieron las manifestaciones de trabajadores contra las fórmulas adoptadas para la reestructuración de estos grandes conglomerados, especialmente en el caso de Daewoo.Pese a lo anterior, el país ha superado la “crisis asiática”. Con una población de 48 millones de habitantes y un PIB de 458 mil millones de dólares, su inflación alcanza un 1,8%, y la estimación del Banco de Corea a 30 de mayo proyecta un crecimiento superior al 6% en 2002.

Un factor que ha contribuido al repunte, mayor que el crecimiento de los dos años anteriores, es el incremento del gasto público en infraestructuras, específicamente en nuevos estadios y conexiones de transporte, sumados a las instalaciones turísticas. Y al hilo de la fiebre del Mundial el sector de los medios de comunicación ha tenido unas ganancias por publicidad de cerca de mil doscientos millones de dólares sólo en los tres primeros meses de 2002.

En una más amplia perspectiva, los Juegos Olímpicos de 1988 y el Mundial de 2002 han posibilitado fortalecer los vasos comunicantes de un país que es vecino de la primera potencia tecnológica, Japón, y de China, el mayor mercado potencial del mundo y segundo importador de bienes coreanos. En las próximas décadas Corea planea transformarse en el principal centro logístico del noreste de Asia.

Es un desafío factible porque Japón es una isla relativamente distante del centro del continente y la costa septentrional del mar Amarillo chino ofrece difíciles condiciones portuarias, que dejarían a Corea como principal foco distribuidor. El noreste de la macrorregión comprende a Japón, el norte de China y sus tres provincias más septentrionales, más Corea del Norte y Corea del Sur, además del Extremo Oriente ruso y Mongolia.

En 2010 el área podría concentrar el 27% del PIB mundial y representar el 30% del comercio global. En la actualidad, Busan, en el extremo suroriental de la península coreana, es ya el tercer puerto de contenedores del mundo. Paralelamente avanza la interconexión terrestre. En 2001 se expandió la red de autopistas en 543 kilómetros.

Primero lo hizo en la franja costera occidental que conecta a los puertos de Inchon con Mokpo, reduciendo de 8 a 4 horas un trayecto que vincula a varios otros puertos, y recortando 430 millones de dólares anuales en costes de logística.

Además, a lo largo de la costa occidental el gobierno planea establecer una red que conectará complejos industriales tales como Sihwa, Asan y Daebul. En la región central, con la inauguración de una autopista, de 280 kilómetros, que une a las ciudades de Chuncheon con Daegu, se ha reducido el trayecto de seis a tres horas, con un recorte de costes de logística de 253 millones de dólares anuales.
 

Relaciones con la Unión Europea, España y Cataluña

La UE, segundo socio comercial, quiere desempeñar un mayor papel en la península coreana, mercado liderado por EE UU y en el que Japón y China ocupan la tercera y cuarta posición, respectivamente. Y aunque España no esté entre los principales socios comunitarios allí, las relaciones pueden incrementarse debido a la nueva política coreana de aceptar inversiones extranjeras, restringidas durante años.

Actualmente, las mejores oportunidades para invertir en Corea se centran en servicios, telecomunicaciones y productos alimenticios. Hay mucho por hacer. Según las últimas estadísticas, para el período enero-noviembre de 2000 el comercio bilateral entre España y Corea superó los 1.699 millones de dólares; y en 2001 España exportó cerca de 300 millones de dólares, superando la cifra correspondiente al año anterior.

España exporta principalmente peletería, maquinaria, productos químicos, fundición de hierro y acero, muebles y cerámica, y, a su vez, Corea importa vehículos, automóviles y sus partes, químicos orgánicos, aparatos y materiales eléctricos, entre otros productos. Pero España también ha aportado know how en nichos competitivos:

Los goles del Campeonato Mundial 2002 se han retransmitido a través de equipos fabricados por la española AEQ (Aplicaciones Electrónicas Quasar), que suministró multiplexores a la cadena de televisión Japan Telecom, unificando las diferentes señales de sonido generadas en los estadios.

También los espectadores que han acudido en automóvil a los partidos han utilizado parquímetros y sistemas de control de aparcamientos suministrados por la española Amper Ibersegur, asociada con la coreana KTD. Hoy suministran 3.000 plazas de aparcamiento en Corea y su sistema de pago con tarjeta es aplicable en todo el transporte público de Seúl.

Con todo, hasta hoy, las inversiones coreanas en España son mayores que las españolas en Corea. Aquí destacan las plantas de producción de Samsung Electronics, en Cataluña, y la planta de Daewoo Electronics, en el País Vasco. En los últimos años Cataluña ha desarrollado unas magníficas relaciones con Seúl y su provincia circundante, Kyonggi.

Existe un acuerdo de cooperación bilateral en el que se incluyen convenios con siete universidades coreanas y por el que actualmente hay más de una docena de estudiantes coreanos en Cataluña. A su vez, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha creado un programa de estudios coreanos y actualmente hay un grupo de estudiantes catalanes estudiando en Corea, hecho que constituye una inversión de capital humano con ramificaciones empresariales futuras.

Fruto adicional de esta privilegiada relación es el encargo que la influyente Fundación Kyonggi ha hecho a la UAB para que organice una euroconferencia en la ciudad coreana de Suwon, en octubre próximo. Al encuentro concurrirá un selecto grupo de políticos, empresarios y académicos, encabezados por parte europea por el comisario de Exteriores de la UE, Chris Patten, y por el presidente Kim Dae Jung, por el lado coreano.

También, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Antoni Negre, ha desempeñado un papel semidiplomático de acercamiento a Corea del Norte, país con el que existen relaciones oficiales, y ha sido distinguido por Corea del Sur con una medalla equivalente a la del mérito civil.

El fortalecimiento de la relación bilateral al más alto nivel se ve periódicamente reforzado por el foro de ASEM (Asia Europe Meeting) y por las reuniones Bruselas-Seúl, que permiten a nuestro continente hacer oír los intereses del empresariado europeo, muy empeñado en acabar del todo con las restricciones a las inversiones extranjeras en el tradicionalmente protegido mercado coreano.

A medio plazo hay más ventanas abiertas en una zona con la que España y Cataluña tienen una relación especial y abierta a triangulaciones estratégicas. América Latina –además de China– es la región en que más crece el comercio coreano a nivel mundial. La Hyundai Heavy Industries, sita en el puerto de Busan, examina la posibilidad de abrir astilleros en México.

A su vez, el reciente acuerdo comercial entre la UE y Chile, el pacto comercial más avanzado firmado por la UE con un país de otro continente, abre nuevas posibilidades en Asia si se le vincula con un muy probable acuerdo de Chile con Corea del Sur, lo que permitiría que productos elaborados en Europa y terminados en Chile entraran más fácilmente en Corea y en Asia.

La reciente constitución de la Casa de Asia en Barcelona, impulsada por Exteriores y con apoyo de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona permite augurar una profundización de todos los vínculos descritos.
 

Corea del Sur en Asia y en el mundo

La discutible idea de Bush de incluir a Corea del Norte en el “eje del mal” no parece llamada a prosperar. La UE no apoya esta visión y alienta la reanudación del diálogo intercoreano, que puede llevar a reunificar el sur y el norte en los próximos años.

Con 47 millones de habitantes, cerca de 11.000 dólares per cápita, el sur, y 22 millones de habitantes, un PIB per cápita de menos de 1.000 y sumido en la hambruna, el norte, el proceso de reunificación no estará exento de riesgos y será mucho más complejo que la reunificación alemana.

Pero las perspectivas de integración regional de Asia son favorables y contribuirán a fortalecer la reunificación interna coreana cuando ésta comience a producirse. Los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), más Japón, China y Corea del Sur, han acordado una mayor cooperación regional.

Ésta también la persigue la ampliada Seúl en APEC (Foro de Cooperación de Asia Pacífico), la mayor área económica de integración a nivel mundial cuando se liberalicen el comercio y las inversiones para sus miembros desarrollados en 2010, y para sus miembros menos desarrollados en 2020.

Si el rendimiento de las últimas décadas de Corea del Sur fuese la proyección de su futuro, veríamos que estamos frente a un socio de excepción. Hoy, la renta per cápita de Egipto es sólo un 20% la de Corea del Sur -con la que se equiparaba hace 50 años-, y posee un PIB claramente superior al de la gigantesca Rusia, frente a la cual se comparaba desde una perspectiva tercermundista hace 40 años.

Corea del Sur guarda la quinta reserva de divisas extranjeras del mundo, con más de 107.000 millones de dólares. Entre las naciones miembros de la OECD es el mayor constructor de buques, superando a Japón y Alemania, produce casi tanto acero como Rusia, ocupa el quinto lugar entre los fabricantes de automóviles, e iguala posición en cantidad de usuarios de Internet.

Por último, tras la crisis asiática la mentalidad de la fuerza laboral coreana ha tenido que acostumbrarse forzosamente a no esperar un trabajo para toda la vida y adaptarse a un mundo global y competitivo. Pero con una ambiciosa y disciplinada ética laboral, con un gran énfasis en la importancia de la educación y la jerarquía, y un sentido de unidad social como pocos en el mundo, Corea del Sur posee un valor agregado en su economía, reforzado por el excepcional dato de que sus alumnos de secundaria encabezan la última clasificación internacional en ciencias y matemáticas.