El transporte español de viajeros triunfa en China

01 jul 2002

Mientras China empieza a resultar atractiva para los empresarios españoles con su reciente entrada en la Organización Mundial del Comercio, desde hace más de una década 500 autobuses Alsa ya enlazan las principales ciudades del gigante amarillo. Para esta compañía española el transporte regular de viajeros se ha convertido en un negocio muy rentable en la Península, en Europa y en el país asiático.

En cuanto las autoridades chinas comenzaron a abrir sus mercados al exterior, la compañía española Alsa Grupo, SA (AG) decidió iniciar en el país el transporte colectivo de viajeros. Corría el año 1984 en Shenzhen, una ciudad de la provincia de Guangdong (60 millones de habitantes) situada al sur de China y fronteriza con Hong Kong.

La empresa española constituyó la sociedad Shenzhen Nanyio Transportation Services Co. Ltd. (con una participación del 49% del capital), en alianza con las entidades chinas petroleras y de transportes que operaban en el ámbito municipal. En aquel entonces se estableció como un negocio de taxis; la legislación no permitía la participación exterior en el sector del transporte en autobús.

Hoy día, más de 300.000 firmas con capital internacional trabajan en el país. AG fue la primera de España en formar una compañía mixta y mantiene el liderazgo en su área compitiendo con otras empresas de Norteamérica, Corea, Taiwán y Hong Kong.

Desde un principio, la participación de Alsa en China se ha realizado a través de joint-ventures con socios locales, que se seleccionan entre las instituciones y las empresas públicas. Son las que disponen de la necesaria experiencia, mayoritariamente en el ámbito burocrático y administrativo, y pueden contribuir al desarrollo de la actividad empresarial.

Las primeras firmas que se crearon estaban sometidas a determinadas restricciones por parte de la legislación, dado que el Gobierno pretendía realizar una apertura controlada y progresiva hacia un régimen de libre mercado. Las autorizaciones para operar se concedían por un plazo máximo de diez años, la mayoría del capital debía ser de procedencia nacional y el presidente de la empresa debía tener nacionalidad china. Hoy, estas trabas han desaparecido e incluso las autorizaciones se conceden hasta un máximo de 50 años.

Crecimiento constante

En Shenzhen, AG cuenta con un centro de operaciones y una flota, entre taxis y autobuses, que suma 150 vehículos. El crecimiento de la compañía ha sido lento pero constante con la intención de no asumir riesgos que puedan poner en peligro las inversiones y los proyectos ya consolidados. Tal y como explica Andrés Cosmen, presidente de Alsa en China, “"durante los primeros años nos centramos en conocer y aprender la realidad empresarial del país, preparándonos para poder aprovechar las oportunidades que se pudieran presentar en el futuro”".

A medida que las autoridades fueron estableciendo zonas económicas especiales en el país, la empresa fue extendiendo su área de actividad. En 1990 se abrió a las entidades extranjeras el transporte por carretera de viajeros en autobús, con lo que Alsa fue la primera firma internacional en obtener el permiso.

De este modo, se creó la sociedad de capital mixto Tianjin Alsa Coach Co. Ltd. en la ciudad costera de Tianjin, la tercera en importancia del país con 10 millones de habitantes, e inició la explotación de una línea regular con Pekín (a 140 kilómetros de Tianjin por autopista). Actualmente, la frecuencia es de 30 servicios diarios en cada dirección con una ocupación media del 80%.

Esta compañía introdujo grandes novedades en el sector del transporte de viajeros en autocar que hicieron cambiar las costumbres y los hábitos de los usuarios chinos. Se establecieron horarios fijos de salida . Hasta la llegada de AG lo normal era que los autobuses no partieran hasta que no se vendieran todas sus plazas—; se introdujo la venta de billetes de ida y vuelta —-por aquellas fechas sólo lo realizaban el tren o el avión-— y se desarrolló un sistema informático bilingüe chino-español similar al utilizado por las empresas de AG en España para gestionar todo el proceso de explotación de las líneas.

Por otro lado, según fuentes del grupo español, en China es primordial ganar día a día la confianza y el prestigio de las autoridades y de los socios locales, por lo que se han ido adaptando los sistemas de trabajo a la mentalidad y formas de organización del país. Para superar las diferencias iniciales la compañía unificó los procesos de trabajo haciendo especial hincapié en la formación de los trabajadores, ejecutivos y directivos.

Después de la puesta en marcha de la primera corporación, llegó el resto: Beijin Alsa Transport Service Company Ltd. y Shangai Alsa Long Distance Transport Company Ltd., con las que AG aseguró su presencia en las otras dos metrópolis más importantes de China: Pekín o Beijin, con 12 millones de habitantes, y Shanghai, con 14 millones. Hoy, la empresa conecta estas capitales entre sí, además de Tianjin, con otras ciudades de las provincias cercanas sumando 80 destinos diferentes. “"El objetivo: desarrollar una red de transporte de viajeros con la misma calidad de servicio que en Europa"”, constata Andrés Cosmen.


Nuevos negocios

La siguiente etapa fue establecer nuevas empresas mixtas en ciudades de tamaño medio para abarcar y conectar los principales núcleos de población. En China viven en estas ciudades una media de cinco millones de personas. Así, se puso en marcha una sociedad mixta en Shijiazhuang, la capital de la provincia de Hebei (con una población de 66 millones de habitantes) y con el mismo objetivo en 1997 se creó Nanjing Starley Transportation Co. en la ciudad de Nanjing, capital de la provincia de Jiangsu (al este de China y con 70 millones de habitantes).

Ésta se creó junto a Daewoo Corporation, la tercera compañía de Corea del Sur. Actualmente, esta empresa es una de las principales operadoras de líneas de transporte regular de viajeros por carretera de la región. Los nuevos planes son la adquisición de autocares modernos y la apertura de nuevas comunicaciones que permitan enlazar esta ciudad con Shanghai, Suzhou, Hangzhou y Jianchang.

Por otro lado, “"así como nos dimos cuenta de que la construcción de autopistas en China estaba teniendo un gran desarrollo, también percibimos que las estaciones de autobuses eran escasas y de muy bajo nivel. Habitualmente consistían en una gran explanada con una pequeña edificación, por lo que parecían más bien un aparcamiento que una estación”", detalla Cosmen.

De esta forma, continúa, "“constituimos empresas mixtas para construir y explotar estaciones de autocares, que no sólo sirven al propio negocio, sino a otras compañías, pues tienen la categoría de servicio público”". En relación a este aspecto se creó la firma Beijin Alsa Haoda Comunications Ltd., tras un acuerdo con las autoridades estatales de Pekín. Además, en Tianjin se inaugurará el año que viene la estación más grande de China.

Hasta el momento se han edificado unas instalaciones de 2.000 m2, que disponen de ocho dársenas e incluyen un taller de mantenimiento, pero la previsión es alcanzar una superficie de 25.000 m2 con 55 dársenas para autocares. A finales de 1997, AG también inauguró su segunda estación de autobuses en la capital, con una capacidad para 25.000 viajeros diarios y 800 entradas y salidas de vehículos.

Esta nueva estación de Ba Wang Fen ocupa unos 5.000 m2 y tiene 16 dársenas. "Además cada una de las empresas cuenta con su taller de mantenimiento para garantizar el servicio y la seguridad de la flota de autobuses, a la vez que se reparan vehículos de terceras empresas”", añade Cosmen.


Fabricación de vehículos

Cuando el grupo se instaló en China los autocares eran importados sin ningún tipo de gravamen impositivo. No obstante, más tarde los impuestos ascendieron hasta un 70%, lo que provocó un cambio en la actividad. Las empresas de AG se plantearon la opción de adquirir cada unidad en el mismo mercado chino, pero ésta no era la solución más acertada debido a las dificultades tecnológicas y a las posibilidades limitadas de los carroceros nacionales.

En 1994, junto con la compañía carrocera vasca Irizar, del Grupo de Mondragón Corporación, adquirió el 51% de una de las principales fábricas estatales del sector para poner en funcionamiento Tianjin Irizar Coach Manufacturing Co. Ltd., una factoría de carrocerías para autobuses sobre chasis Iveco y Mercedes Benz con tecnología española. De este modo, hoy sólo se importan dichos chasis, gravados a un tipo más reducido. En 1996, la producción de autobuses alcanzó las 200 unidades, siendo AG el primer cliente, si bien se está logrando avanzar en la comercialización en China y en el mercado exterior.

“"En la actualidad, estamos en un proceso de consolidación y crecimiento orgánico de todas las empresas, aumentando todos los meses la flota y el número de destinos. En 2001, nuestros autobuses recorrieron más de 24 millones de kilómetros por las carreteras chinas”".El grupo, además, prevé la implantación de centros integrales de operaciones y nuevas compañías de autocares en otras ciudades “menos pobladas” para establecer líneas regulares, con sus correspondientes estaciones de autobuses y áreas de mantenimiento.

China se presenta como una oportunidad para empresarios emprendedores con 1.300 millones de consumidores potenciales (la cuarta parte de la población mundial), pero continúa siendo un país eminentemente rural, sobre todo en el interior, donde el 70% de la población se dedica a labores agrícolas, y posee una renta per cápita de 400 dólares anuales.

Sin embargo, en la costa esta cantidad asciende hasta los mil dólares y el nivel de vida es superior gracias al ritmo de crecimiento de la economía china, que ha alcanzado una media del 10% al año a lo largo de los ochenta y los noventa.

Según relata Andrés Cosmen, también presidente del Comité Bilateral de Cooperación Empresarial Hispano-Chino, "“desde que empezamos a trabajar en el país se ha producido un cambio de una dimensión tan grande que nadie podía imaginar entonces. La economía planificada y cerrada con precios intervenidos, monopolios estatales e industrias obsoletas ha dado paso a una economía de mercado con características chinas, tal y como la define su propio Gobierno, que cada vez es más competitiva".

Y añade: "El año pasado ocupó por su tamaño el sexto lugar del mundo, según el ranking anual del Banco Mundial”". No obstante, con la entrada de China en diciembre de 2001 en la Organización Mundial del Comercio, el cambio que va a experimentar será aún mayor. “"Las empresas españolas se encuentran ante una oportunidad única ya que podrán acceder al mismo tiempo que las compañías de otros países a sectores que antes estaban prohibidos o restringidos a la inversión extranjera", explica Cosmen.

"Precisamente -continúa-, son estas áreas donde operan gran parte de las entidades españolas con mayor presencia internacional: telecomunicaciones, turismo, banca, concesiones de infraestructuras o explotación de redes locales de servicios públicos, etc.”". Para concluir, Andrés Cosmen afirma que “"el camino para los nuevos inversores no será fácil pero sí muy prometedor para aquellos que logren triunfar en el mayor mercado del mundo”".

Fuente: Ana de la Hoz
 


Un problema de cambio

En 1984, cuando AG inició el transporte colectivo de viajeros por carretera en Shenzhen, también inauguró sus oficinas centrales, Alsa Group Pacific (AGP), en Hong Kong desde las que se coordinan todas las empresas mixtas, la inversión extranjera en este país y se canalizan las dos terceras partes de las exportaciones.

Durante los primeros años de implantación en China (hasta 1990), la moneda oficial no era convertible a ninguna otra del sistema de cambio internacional. A fin de rentabilizar en el exterior los beneficios obtenidos, la compañía Cofinex, con sede en Madrid, creó su subsidiaria en Hong-Kong, Hover Century Limited, y comenzó a invertirlos en mercancías chinas para su venta en los mercados internacionales en dólares.

De este modo, AGP fue tomando participaciones accionariales en empresas estatales de juguetes y peluches en Shenyeng o de porcelanas en Tianjin. No obstante, con las actuales facilidades para la conversión de la moneda china en divisa, las participaciones de Alsa en estas compañías se han ido reduciendo.



ALSA GRUPO EN CHINA
 

  • Número de empresas: 14 empresas participadas en la República Popular China.
  • Inversión: 67,3 millones de euros (suma de las inversiones totales de las sociedades mixtas participadas).
  • Número de vehículos: 500
  • Kilómetros recorridos: 24 millones a una media de 50 km por hora
  • Número de viajeros: 14 millones, en trayectos que oscilan de 30 a 1.800 km.
  • Actividad principal: Líneas de largo recorrido y transporte turístico y de personal de fábricas./ Explotación de estaciones de autobuses y áreas de mantenimiento.
  • Ocupación: Entre el 80% de la línea que enlaza Pekín con Tianjin y el 50% de las zonas rurales.
  • Facturación: 24 millones de euros (empresas de transporte).
  • Número de empleados: 1.400
     


Una biografía del transporte de viajeros

La historia de Alsa bien podría ser un recorrido por la evolución del automóvil, ya que fue en 1728 cuando los antepasados de esta compañía española iniciaron unos servicios con carácter más o menos regular para enlazar las comarcas occidentales asturianas con la zona central y la costa de la provincia.

Tal iniciativa fue decisiva para propiciar el desarrollo sociocultural de la región y el suministro de alimentos. Con la revolución industrial, el vapor y los motores de explosión comenzó realmente la actividad del transporte. En 1923 se creó la Sociedad de Automóviles Luarca, SA (ALSA) y como corporación emprendedora el crecimiento dio un nuevo salto en los sesenta con el inicio de rutas europeas.

En las dos décadas siguientes, además de ampliar la oferta regular y discrecional en España se diversifica la actividad con la puesta en marcha de agencias de viajes, negocios de hostelería, alquiler de vehículos, etc. Hoy, el grupo está presente en más de veinte países.