La impresión 3D lleva la logística a una nueva dimensión
La impresión 3D es una de las tecnologías disruptivas que podría transformar la industria y, por tanto, el sector de la logística. La llegada de la Industria 4.0 trae consigo un cambio en los métodos de fabricación de productos, así como nuevos retos.
De acuerdo con un estudio de la consultora McKinsey, se estima que el mercado de la impresión 3D crecerá exponencialmente en los próximos años, pudiendo alcanzar un valor de 550 mil millones de dólares para 2025. Sin embargo, esta tecnología aún está en sus albores y, por esa razón, su impacto en la logística genera muchos interrogantes que intentaremos resolver en este artículo: ¿Qué aplicaciones tendrá? ¿Cuál será su repercusión en la cadena de suministro de las empresas? ¿Qué beneficios y dificultades aportará?
¿Qué es una impresora 3D y cómo funciona?
Empecemos por su definición. Una impresora 3D es una máquina utilizada para hacer réplicas de diseños en 3D mediante la adición de filamentos de un material. Dicho de otro modo, es un dispositivo que reproduce de forma tridimensional un diseño que se ha creado digitalmente.
En realidad, las funciones de una impresora 3D se parecen a las de una impresora tradicional: las dos obtienen información sobre lo que se debe imprimir a partir de un documento digital. La principal diferencia entre ambas estriba en la ejecución; mientras la impresora tradicional aplica tinta a un papel para reproducir textos e imágenes, la 3D suministra materiales para producir un objeto tridimensional.
Se trata de un sistema de superposición en el que se van añadiendo capas de material (plástico, cerámica, metales…) de manera sucesiva y que dan forma a un objeto (desde una figura decorativa o una funda de teléfono móvil, hasta una pieza de automoción o plantillas de calzado). Los artículos son ligeros, pero igualmente fuertes y resistentes. Además, se usan únicamente los materiales indispensables, minimizando así residuos y emisiones contaminantes.
Para imprimir en tres dimensiones, se necesita:
- Diseño digital. Toda impresión 3D requiere de un diseño previo. Este puede crearse mediante programas específicos o mediante un escáner que genere la imagen tridimensional de un objeto (para hacer réplicas idénticas).
- Material. Se emplea todo tipo de materiales, como plástico, metal, cerámica, hormigón e, incluso, alimentos.
- Impresora 3D. Es el dispositivo que crea un objeto a partir de un diseño digital y utilizando un material específico.
Con tan solo estos tres elementos, la impresión de los productos se puede hacer en cualquier lugar, por ejemplo, en instalaciones próximas a los clientes a fin de reducir la dependencia del transporte o desde casa, siempre que se disponga de una impresora 3D.
Aplicaciones de las impresoras 3D
Las empresas siguen explorando el potencial de las impresoras 3D y desarrollando nuevas aplicaciones en base a las tendencias del mercado. Lo que resulta evidente es que este sistema de producción podría servir para simplificar la elaboración de artículos complejos y que deben personalizarse.
Veamos algunos ejemplos de aplicaciones:
- Medicina. Con las impresoras 3D se reproducen implantes, audífonos, prótesis o fundas dentales.
- Automoción y recambios. Empresas del sector de la automoción o la aeronáutica empiezan a implementar impresoras 3D en sus procesos de producción para desarrollar piezas y componentes. Se pueden emplear para desarrollar prototipos de forma rápida, económica y eficaz, así como piezas (desde poleas, válvulas y pistones, hasta chasis de automóviles).
- Construcción. La impresión 3D promete revolucionar este sector en un futuro. Se podrá utilizar para generar prototipos y estructuras con aplicaciones en la construcción de puentes y edificios (por ejemplo, ladrillos). Probablemente, una de las funciones más esperadas y ambiciosas sea la construcción de edificios enteros con una impresora 3D.
La impresión 3D en la logística
El mayor potencial de las impresoras 3D radica en la capacidad de simplificar los procesos de producción. Esta transformación optimizará esos procesos y acortará los tiempos de entrega.
Muchos almacenes alojan una gran cantidad de materia prima a la espera de ser enviada a las líneas de producción cuando se requieran. Con la impresión 3D, en cambio, no habría que almacenar tanta mercancía, pues las piezas pueden imprimirse al momento, bajo demanda. Las impresoras 3D podrían aportar rapidez y seguridad a la hora de producir todo tipo de componentes.
Por ejemplo, la industria de la automoción o la aeronáutica se beneficiarán sin duda de este cambio, dado que precisan de una logística muy flexible y de un sistema de trabajo just-in-time para lograr sus objetivos. Esto significa que deben coordinarse perfectamente con los proveedores con el fin de recibir las piezas y los materiales necesarios a tiempo. Cualquier demora en las entregas supondría costosas interrupciones en los procesos de producción, algo que ha de prevenirse a toda costa.
Asimismo, las impresoras 3D facilitan la customización de los productos, siendo capaces de crear artículos adaptados a las necesidades de los clientes. La dificultad logística, en este punto, residirá en cómo distribuir con fluidez un número creciente de artículos personalizados. Aquí el uso de un sistema de gestión de almacenes (como Easy WMS de Mecalux) es imprescindible para operar con mayor agilidad, ya que este software se encarga de dirigir los procesos de customización de productos o los de kitting.
La personalización de artículos es un proceso que se hace justo antes de ser enviados al cliente final. Esta práctica se conoce como postponement y consiste en retrasar algunas de las actividades de la cadena de suministro hasta que se concrete la demanda del cliente.
Lo que queda claro es que la impresión 3D podría suponer un cambio de paradigma para la logística y el transporte de mercancía. Por un lado, disminuirá el traslado de algunos productos (por ejemplo, los componentes de los automóviles podrían imprimirse directamente en las líneas de producción). Por el otro, aumentará el de materiales para imprimir. A medida que las impresoras 3D resulten más asequibles para el público en general, el mercado de entrega a domicilio de materiales crecerá.
Ventajas de la impresión 3D en la logística
El empleo de impresoras 3D en logística podría aportar varios beneficios:
- Reducción de inventario. Fabricar bajo demanda rebaja los costes de almacenaje, pues tan solo se almacenan los materiales indispensables y los productos acabados de fabricar (durante un tiempo limitado) hasta que se envían a los clientes.
- Aprovechamiento de la superficie. Al reducir el stock, se necesita una menor superficie de almacenaje (algo especialmente beneficioso para pequeñas y medianas empresas).
- Disminución de envíos. Para imprimir un producto no se precisa una gran superficie, por lo que este proceso se puede realizar en cualquier instalación próxima a los clientes. Así, además, se recorre una menor distancia a la hora de entregar la mercancía y, como resultado, se contamina menos.
- Agilidad y entregas puntuales. Con la producción tradicional, los productos deben superar múltiples etapas antes de llegar al cliente final. Las impresoras 3D, en cambio, simplifican enormemente la complejidad de los procesos de fabricación de los productos, lo que permite disponer de los artículos con más rapidez para distribuirlos cuanto antes.
- Menos devoluciones. La personalización de los productos es un modo de asegurar la satisfacción de los clientes y, por tanto, de evitar devoluciones.
Dificultades y limitaciones de la impresión 3D
Pese a las ventajas que aporta la impresión 3D, esta tecnología también presenta algunos inconvenientes:
- Tecnología en proceso de desarrollo. Hoy en día, se están explorando y desarrollando las aplicaciones y funciones de la impresión 3D. Todavía no es una tecnología lo suficientemente extendida y consolidada en el mercado.
- Tamaño limitado de los productos. Según la capacidad de cada modelo de impresora 3D, se pueden fabricar artículos de uno u otro tamaño.
- Tiempo de impresión. El proceso de impresión va desde los diez minutos hasta las dos horas, según las características del artículo en cuestión. Además, las piezas necesitan tiempo para enfriarse.
- Coste elevado. En la actualidad, el precio de las impresoras 3D es alto y, además, hay que contar el de los materiales, la formación necesaria y el mantenimiento.
Impresión 3D en logística: un sinfín de posibilidades
La impresión 3D es una de las tecnologías con más posibilidades de transformar la logística. Hoy por hoy, se siguen explorando las aplicaciones que puede tener en el mercado, si bien su atractivo se basa en la facilidad para personalizar los artículos y en la baja complejidad del proceso de producción.
La logística adopta la tecnología más moderna existente, desde la automatización hasta los robots colaborativos y la impresión 3D, con el fin de simplificar todas sus complejidades y agilizar la entrega de los productos.
Pese a los beneficios que pueda aportar la impresión 3D al sector logístico (principalmente, en cuanto a reducción del inventario), esta tecnología supondrá un cambio radical en la cadena de suministro de un gran número de compañías y, en consecuencia, obligará a superar nuevas fronteras.
En Mecalux tenemos más de 50 años de experiencia resolviendo todo tipo de necesidades logísticas, por muy exigentes que estas puedan ser. Contacta con nosotros si te planteas modernizar tu cadena de suministro con las soluciones de almacenaje más avanzadas del mercado.