El transporte fluvial, un medio cargado de ventajas

El transporte fluvial nació en el Neolítico, cuando el cultivo de plantas y el desarrollo de la ganadería dieron lugar a la aparición de los primeros excedentes agrícolas y pronto se empezó a comerciar con tejidos, hilados y alfarería a través de los ríos entre distintas culturas y poblados.

Este medio de transporte sigue siendo un eslabón esencial en la gestión de mercancía en algunas zonas. Un ejemplo es la construcción del canal Sena-Europa Norte. Con 5.100 millones de presupuesto, este proyecto de infraestructura formará Sena-Escalada, la primera gran red fluvial europea, con un canal de 1.100 km para barcazas de gran porte.

¿Qué es el transporte fluvial?

El transporte fluvial consiste en el desplazamiento de personas y objetos por ríos, canales o vías similares. Puede tener fines comerciales, recreativos o militares y convertirse en marítimo si alcanza océanos o lagos a través de canales o ríos. 

En el pasado, el auge del transporte fluvial contribuyó al desarrollo de la revolución industrial al tratarse de un medio de distribución de mercancías rentable. Hoy en día las barcazas de mayor porte pueden transportar la mercancía equivalente a 220 camiones en un único viaje, por lo que la construcción de canales como el Sena-Europa Norte permite reducir en gran medida el tráfico pesado en carretera.

Ventajas y desventajas del transporte fluvial en logística

Una de las mayores ventajas del transporte fluvial es su bajo coste en comparación con alternativas terrestres. El precio de desplazar una tonelada a lo largo de un kilómetro de vías acuáticas es más económico que el ferrocarril o el transporte por carretera. Además, el transporte fluvial no se ve afectado por retenciones en las carreteras, por lo que es menos sensible a retrasos en las entregas.

Otro aspecto positivo de transportar mercancía en barcazas o buques es la seguridad. La tasa de siniestralidad en embarcaciones es muy baja y, en caso de accidente, los daños acostumbran a ser de poca consideración. Este es un aspecto a tener en cuenta, en particular, a la hora de desplazar materiales peligrosos. 

El menor impacto medioambiental del transporte fluvial es otro de sus puntos fuertes debido a su baja tasa de emisiones e inferior consumo de combustible. Esta se ha rebajado en los últimos años , en parte, gracias a la actuación de organismos como la Unión Europea. Algunas medidas pasan por la reducción de la velocidad media de los navíos que, según refleja el Informe Medioambiental de Transporte Marítimo Europeo 2021 de la Agencia Europea de Medio Ambiente, ha disminuido en un 20% respecto a 2008. 

Entre las desventajas de este medio de transporte se encuentra su sensibilidad a la situación de sequía que el planeta atraviesa en algunas zonas. La falta de lluvias ya ha afectado al Amazonas y provocado que algunos barcos encallen río abajo. También se han dado casos de naves varadas en el río Negro.

Tipos de transporte fluvial

La logística por transporte fluvial comenzó a organizarse en contenedores y estandarizarse en los años setenta. Actualmente las compañías también utilizan cajas, estuches, palets y barriles para distribuir los productos. 

A continuación, desgranamos algunas clases de embarcaciones que atraviesan ríos y canales. Estas se dividen en dos categorías: las de mayor tamaño, aptas para satisfacer una gran variedad de demandas, y los transportes para cargas más sencillas.

Transporte fluvial primario

Esta categoría comprende las embarcaciones de mayores dimensiones.

• Graneleros (bulk carriers). Son buques de carga para el transporte a granel que suelen disponer de grandes escotillas en sus cubiertas. Se emplean para los fletes de minerales y alimentos básicos como arroz o grano, entre otros productos.
• Portacontenedores. Estos barcos suelen estar equipados con motores diésel y contar con tripulaciones amplias, de entre 10 y 40 personas. Son fácilmente reconocibles por la acumulación de contenedores en su popa, sobre la sala de máquinas. Se popularizaron tras la Segunda Guerra Mundial y, en la actualidad, transportan la mayor parte de la carga seca del mundo.
• Navíos polivalentes. Ofrecen la máxima flexibilidad al transportar contenedores y granos al mismo tiempo. Poseen grandes bodegas abiertas para facilitar la carga de distintos productos en un mismo viaje.
• Barcos de carga rodada (ro-ro). Los roll on-roll off han sido diseñados para la distribución de vehículos con ruedas como automóviles, remolques o vagones de tren. Incorporan rampas para el acceso de la carga.
• Buques cisterna. Son idóneos para el transporte de fluidos, como productos petrolíferos o gas natural licuado. También se utilizan en la distribución de aceites vegetales o algunos alimentos y productos químicos. Asimismo, los barcos que suministran combustible a otros son conocidos como oilers o petroleros de abastecimiento.

Transporte fluvial secundario

Se emplean para el desplazamiento de cargas menores y admiten un número inferior de pasajeros.

• Barcazas. Se trata de barcos de fondo plano pensados para el transporte fluvial de mercancías pesadas. A menudo deben ser propulsadas por remolcadores. Las barcazas fueron muy útiles durante la primera revolución industrial en Europa y el noreste de los Estados Unidos al posibilitar la instauración del ferrocarril.
• Cableros (cable layers). Se utilizan para tender cables submarinos para telecomunicaciones, electricidad o usos militares, entre otros. Pueden albergar cientos de toneladas de cable y suelen estar equipados con aparatos de alta precisión para manipular cordones en el fondo marino.
• Buques de cabotaje. Se emplean para el comercio en una misma isla o continente. Suelen ser pequeños y de poco calado. 
• Dragas. Barcos que sirven para excavar en zonas poco profundas. Su objetivo es recoger los sedimentos depositados en el lecho del río y trasladarlos a otro lugar. 

Además de estas embarcaciones, existen otras como las de carga general de escotilla abierta (open hatch bulk carrier), óptima para el transporte de productos forestales o contenedores, y los buques semisumergibles de carga pesada. Estos últimos sirven para el desplazamiento de productos especialmente voluminosos como cascos de barcos, materiales de construcción, componentes de centrales eléctricas y acero fundido, o incluso buques marítimos.

Contenedores y transporte intermodal

El transporte intermodal consiste en enviar una carga desde su origen a su destino combinando varios medios de transporte sin necesidad de manipular la mercancía durante el proceso. El transporte fluvial también forma parte de esta opción gracias a su capacidad de desplazar contenedores, cuya estandarización contribuye a su uso en distintos vehículos y por tierra, mar o aire.

El uso de vías fluviales es cada vez más relevante en el mundo y, en particular, en la Unión Europea, que dispone de una gran red de más de 37.000 kilómetros de canales y otras vías similares. El transporte intermodal es también más frecuente gracias a los avances tecnológicos que favorecen la trazabilidad de los productos a lo largo de todo su recorrido. 

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