La demanda de mozos de almacén u operarios de almacén ha crecido en los últimos años debido a la complejidad de las operativas logísticas- por la omnicanalidad o la heterogeneidad de productos, por ejemplo--.
Pero, ¿cuáles son concretamente las funciones de un mozo de almacén?, ¿en qué consisten sus tareas principales? En este artículo analizamos el rol de esta figura imprescindible de cualquier instalación logística.
¿Qué es un mozo de almacén?
Un mozo de almacén es el trabajador que se ocupa del funcionamiento y comprobación de todas las operativas logísticas que tienen lugar en un almacén, desde la recepción de mercancías hasta su expedición.
El mozo de almacén cumple en cada instalación con funciones distintas, dependiendo de la metodología de trabajo que emplea o del papel que efectúe en la cadena de suministro. De hecho, siendo el grueso principal del personal del almacén, se ha consolidado además como el empleo más demandado en el sector logístico, según un estudio de la consultora de recursos humanos Adecco.
¿Qué hace un mozo de almacén? Funciones y tareas principales
En general, los operarios cuentan con las siguientes atribuciones:
· Recibir, almacenar y enviar mercancías de un almacén
· Descargar y clasificar las mercancías
· Control de calidad del producto y revisión del pedido
· Ubicar los productos en sus respectivos lugares dentro del almacén
· Comprobar el nivel de stock y realizar aprovisionamientos de mercancías
· Organizar la expedición de pedidos
· Cargar los camiones a través de los muelles de carga
De todos modos, la tipología de almacenes es clave para determinar las funciones que puede realizar un operario: en una instalación pequeña, los mozos de almacén desempeñarán múltiples tareas, mientras que, en uno de mayor tamaño, se podrán especializar en solo una etapa logística.
Tradicionalmente estas funciones se complementaban con el manejo de equipos de manutención como transpaletas o carretillas elevadoras, que permitían a los operativos recorrer el almacén y cargar o descargar la mercancía con agilidad y precisión.
No en vano, la consolidación de los almacenes automáticos, que ha afianzado la incorporación de tecnología y de elementos robotizados en la instalación, ha promovido la evolución de la figura de mozo de almacén hacia un perfil laboral más transversal, que aúna conocimientos de organización de almacén, de empleo de las nuevas tecnologías y de cómo evaluar la calidad y cantidad de material recibido o expedido.
Requisitos para ser mozo de almacén
Hoy en día, para dar respuesta a los retos más exigentes que plantea la logística 4.0 los mozos de almacén han tenido que desarrollar unas competencias más técnicas.
Más allá de disponer de la condición física necesaria para cargar y descargar mercancía, a la vez que saber leer e interpretar pedidos, albaranes, u otros documentos que intervengan en la operativa logística, los trabajadores de un almacén deben cumplir con una serie de requisitos y habilidades, tales como:
- Incorporar los conocimientos necesarios sobre el producto y sus derivados para determinar su cantidad y calidad acorde con el pedido demandado, así como posibles desperfectos.
- Entender el funcionamiento de los elementos automatizados que complementan los procesos de almacenaje manual que tienen lugar en cada almacén.
- Interpretar manuales u otros documentos necesarios para operar con una máquina específica.
- Saber aplicar métodos de trabajo que organicen y prioricen según las demandas reales del almacén.
- Poder estimar las necesidades, tanto de flujos de mercancía como de stock, en base al estado de la instalación en un momento específico.
- Voluntad de evolucionar en sus conocimientos, en especial tras la implementación de un sistema de gestión de almacenes, como Easy WMS de Mecalux, en la instalación.
Por lo general, un mozo de almacén deberá disponer de formación complementaria para efectuar sus funciones con precisión y seguridad. Ejemplo de ello es la obligatoriedad de contar con el carnet de carretillero para poder manejar legalmente este equipo de manutención en la instalación.
Asimismo, un mozo de almacén debe contar con la educación general y específica sobre prevención de riesgos laborales acorde con sus funciones y con el sector en el que la empresa desempeña su actividad.
De hecho, en este punto, la empresa cuenta con la obligación de formar a sus empleados en aspectos como la seguridad o el medioambiente. Normativas como la UNE-EN 15635 -uso de estanterías metálicas- o la Ley de Responsabilidad Medioambiental española contemplan sanciones para aquellas empresas que incumplan con esta obligatoriedad.
Mozo de almacén 4.0: nuevos conocimientos para la logística actual
Con la automatización y la implantación de sistemas de gestión de almacenes -en sustitución de papel y lápiz o de rudimentarias extensiones de ERP- nace el mozo de almacén 4.0.
En este contexto, un buen operario no solo debe tener una condición física suficiente sino también conocimientos sobre las nuevas tecnologías, para poder desarrollar exitosamente las nuevas funciones de un contexto cada vez más tecnológico. No en vano, para incrementar la eficiencia de operaciones tan complejas como la preparación de pedidos, es clave la implementación de tecnologías asociadas a la logística como el pick to light o la robótica colaborativa (cobots).
Todo este cómputo de nuevas competencias del mozo de almacén, derivadas de la aparición de la logística 4.0. se engloba bajo el paraguas de Talento 4.0. En definitiva, la digitalización de las funciones del mozo de almacén.
Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que la formación de los operarios es clave para incrementar la productividad en las operativas de la instalación y para reducir los errores en la cadena de suministro, ambos hechos vitales para evitar sobrecostes y garantizar un servicio ágil y eficaz al cliente final.