Los cambios sociales y los avances tecnológicos están creando nuevos modelos de almacenaje. La logística está en boca de todos por los retos a los que se enfrenta: omnicanalidad, entregas en 24 horas, comercio electrónico o industria 4.0. Pero, ¿qué es la logística de una empresa, exactamente? En este artículo profundizamos en su definición, los orígenes del concepto y reflexionamos sobre el futuro del sector.
Definición logística y su historia
Los antiguos griegos y romanos ya estaban familiarizados con el concepto de logística a la hora de transportar bienes y víveres, muy especialmente en el ámbito militar. Pero no fue hasta 1811 cuando se acuñó por primera vez la palabra ‘logística’ como tal.
El escritor inglés William Muller publicó ese año The Elements of the Art of War y, en el capítulo que llevaba bajo nombre ‘Logistics’, se daban a conocer las estrategias que habían seguido nuestros predecesores para transportar y almacenar armas y alimento en periodos de guerra.
Otra teoría, también muy extendida, vincula la palabra ‘logística’ al general suizo Antoine-Henri Jominial, que en su tratado Précis de l'Art de la Guerre (1838) la utilizó por primera vez en su forma francesa (logistique) adaptándola probablemente del vocablo griego logis, que significa ‘cálculo’, y del verbo francés ‘loger’, que hace referencia a alojar o habitar.
Pero a pesar de su origen bélico, en la actualidad, este concepto hoy en día va mucho más allá del ámbito de la defensa y se aplica generalmente a todo lo relacionado con el transporte y gestión de mercancías en general. El diccionario español de la RAE, en una de sus acepciones, define la logística como "conjunto de medios y métodos necesarios para llevar a cabo la organización de una empresa o de un servicio, especialmente de distribución".
Por su parte, la edición Business del diccionario inglés Cambridge explica que es "el proceso de planificar y organizar para asegurar que los recursos estén en el lugar adecuado con el fin de que la actividad del negocio pueda producirse de forma exitosa”.
Por otro lado, la entidad norteamericana Council of Supply Chain Management Professionals (CSCMP) propone una definición algo más técnica: "la planificación, implementación y control de un flujo de servicios, información y bienes entre el punto de origen y el de consumo, a fin de garantizar su calidad final".
Es decir, el término hoy en día hace referencia a todas las fases que intervienen desde la fabricación de un producto hasta su consumo por el cliente final. De la gestión del transporte y flota hasta el almacenamiento o la planificación de pedidos.
Sin embargo, los nuevos paradigmas industriales (por ejemplo, la logística del e-commerce) donde el cliente escoge el qué, el cómo, y el dónde se le entrega el producto, han provocado que se tienda a mezclar, erróneamente, dos términos que definen conceptos distintos: logística y gestión de la cadena de suministro.
Diferencias entre logística y gestión de la cadena de suministro
Es un error usual confundir la logística y sus implicaciones con la cadena de suministro, que comprende todos los eslabones para la producción y entrega en las condiciones acordadas del producto.
Como decíamos, la logística se define como la planificación, ejecución y control de los productos que entregamos a los clientes en la cantidad, calidad y tiempo correctos.
Por su parte, la gestión de la cadena de suministro (o supply chain en inglés) se refiere a todo el flujo de trabajo, incluyendo el contacto final con proveedores y clientes. De esta manera, la logística es una pieza más (aunque probablemente la más importante) de toda la cadena de suministro.
Ponemos, como ejemplo, una empresa del sector del retail: la logística se limitará a la planificación y ejecución de las fases de almacenaje y transporte, mientras que la cadena de suministro asumirá además las funciones de diseño y producción del producto, entre otras.
¿Para qué sirve la logística?
La logística tiene el objetivo de servir de enlace entre los diferentes actores de la cadena de suministro. Así, es la encargada de garantizar que se cumplan, en los tiempos acordados, etapas como el aprovisionamiento de materia prima, la preparación de pedidos o de asegurar de que no haya entregas tardías.
De hecho, las funciones logística en una empresa se pueden dividir en cuatro según el estado en el que se encuentre el artículo dentro de la supply chain. Así, se pueden distinguir entre:
- Aprovisionamiento: la logística se encarga de tareas como la gestión del stock dentro del almacén, la recepción de artículos, la sincronización entre las múltiples ubicaciones de la instalación o el procesamiento de pedidos, que más tarde irán hacia otra etapa logística.
- Producción: la manufacturación se ha descentralizado de los centros de producción y hoy en día son muchos los procesos de fabricación de baja complejidad que se realizan en un almacén. De hecho, la logística es la encargada de coordinar fases como el montaje de kits o el paso del producto por estaciones de valor añadido.
- Distribución: una vez almacenado, el siguiente paso es la preparación de pedidos según la demanda de producto que se haya producido. Así la logística sirve para tareas como la consolidación de pedidos, la expedición de entregas, la carga en camiones o de asegurar que la entrega se produce según los términos pactados con el cliente final.
- Postventa: el e-commerce ha dotado a esta etapa de la cadena de suministro de labores extra. Hoy en día, la logística debe gestionar el elevado gasto que suponen las devoluciones de producto y tratar de eliminar este sobrecoste siendo eficientes en todas las fases anteriores.
Las características de la logística actual
La gestión de esta actividad en una empresa parte de dos objetivos: garantizar el mejor servicio al cliente y reducir el coste de los procesos en una empresa. Pero, ¿cuáles son las mejores estrategias para conseguirlo?
La metodología 7C (la C es por ‘correcto’) enumera los siete factores sobre los que se asienta el éxito logístico:
- Producto correcto. La calidad de nuestra mercancía es el punto de partida para el adecuado funcionamiento de los procesos logísticos.
- Cantidades correctas. La fase de inventario (gestión de stock adecuada) es clave para hacer llegar nuestro producto en el momento óptimo y así evitar la rotura de stock.
- Condiciones correctas. Debemos conocer de primera mano cómo es nuestra mercancía y qué necesita, tanto en materia de almacén como de transporte, para garantizar su estado óptimo a la hora de la entrega.
- Almacén correcto. La empresa debe tener en cuenta el layout del almacén según su mercancía y, a posteriori, debe asegurar el buen estado de las instalaciones.
- Tiempo correcto. Parte del éxito logístico reside en respetar los tiempos: cualquier retraso será un coste adicional para nuestro negocio.
- Cliente correcto. Debemos garantizar que los envíos lleguen a sus destinatarios: cada devolución por un problema en la dirección representa, también, un gasto extra.
- Coste correcto. Tan importante es garantizar la calidad como reducir al máximo los costes logísticos.
Aun así, la logística no es ajena a los cambios económicos, sociales y tecnológicos que están transformando nuestras rutinas diarias. Ante la llegada de la industria 4.0, la logística ha tenido que adaptarse a nuevos procesos industriales.
Futuro: la logística 4.0
La consolidación de nuevas herramientas digitales en nuestro día a día ha provocado cambios en todos los aspectos de la sociedad. Así, la logística no se escapa de la necesidad de adaptarse a este nuevo paradigma, en el que mandan, entre otros:
- La digitalización de los datos
- La interconexión de sistemas
- Aplicaciones y datos en la nube
Todos estos cambios pretenden garantizar que la industria se adapte cada vez más a las necesidades del cliente. La logística 4.0 incide especialmente en una mejora de la distribución, una mayor eficiencia en los procesos de almacenamiento y preparación de pedidos y una reducción en la entrega.
De hecho, la digitalización de esta actividad no parece ser una revolución a largo plazo: según un estudio de la consultora Technavio, el mercado de los robots industriales crecerá a una media anual de un 35% hasta 2022, hasta alcanzar un volumen de negocio de 3,4 mil millones de dólares para ese año.
Es por este motivo que en el significado de logística se debe entender que ya no hay una sola forma de contacto con su público objetivo (clientes, proveedores, técnicos, entre otros), sino que la omnicanalidad ya forma parte de nuestras vidas. Por eso, para asegurarnos una gestión eficaz de todos los procesos logísticos debemos incluir las nuevas tecnologías:
- Internet de las Cosas (IoT): herramientas para la predicción de la demanda, trazabilidad del producto, sistemas de gestión de almacenes (SGA), entre otros.
- Big Data: a fin de anticiparse a las demandas de los clientes, así como mejor conocimiento de nuestro producto.
- Robotización del almacén: para optimizar los procesos logísticos.
En resumen, a lo largo de dos mil años de historia, el concepto de logística se ha ido amoldando a los cambios económicos, sociales y políticos que ha sufrido la sociedad, consolidándose como un elemento clave en la cadena de suministro.
¿La razón? La globalización, la urbanización imparable y, sobre todo, los avances en tecnología hacen que la eficiencia y la efectividad en el almacén sea más importante hoy que nunca.
Pero, a pesar de todo, el rol de la logística sigue siendo el mismo: garantizar que el producto llegue a su consumidor de manera óptima y en las condiciones acordadas previamente.