Una radiografía de los costes de almacenamiento logístico
La reducción de los costes operativos y el aumento de los beneficios representan el principal objetivo de toda gestión logística. Lograr la eficiencia de las operaciones intralogísticas pasa por identificar y rebajar los principales costes, entre los que destacan los ligados al transporte y al almacenaje.
En nuestro artículo vamos a abordar las principales áreas que componen los costes logísticos para centrarnos después en los gastos de almacenamiento.
¿Cómo se reparten los costes logísticos?
Los desembolsos logísticos pueden clasificarse en tres grandes ámbitos:
- Costes de aprovisionamiento: incluye toda la labor que desempeña el departamento de compras, encargado de seleccionar y emitir pedidos a proveedores. En este sentido, cada vez se tiende a una mayor integración en los acuerdos entre empresas, así como a considerar otros criterios distintos al precio.
- Costes del almacenamiento: mantener un almacén en funcionamiento conlleva gastos asociados de muy diversa naturaleza. En gran medida, su optimización pasa por una gestión eficiente de la operativa, por su integración con el transporte y por el ajuste de los niveles de stock a lo estrictamente necesario.
- Costes ligados al transporte: suponen una partida muy significativa. La cadena de transporte de materias primas o mercancías es un reto continuo para la optimización de costes logísticos, ya que se encuentra constantemente sometida a factores cambiantes imposibles de controlar (por ejemplo, el precio de los carburantes). Para contrarrestar esta variabilidad, las tendencias actuales están priorizando la consolidación de mercancías, la organización de rutas y el uso de vehículos industriales más eficientes.
Tipos de costes de almacenamiento logístico
Conocer a fondo los costes de almacenamiento y las variables que los definen dentro y fuera de la empresa es imprescindible para mejorar el rendimiento del almacén. Veamos los principales costes de almacenamiento:
1. Coste del espacio de almacenaje
El coste del espacio de almacenaje está relacionado con el propio edificio del almacén:
- Alquiler y/o amortizaciones: la naturaleza de este coste dependerá de si el almacén está en propiedad de la empresa o se encuentra arrendado a un tercero.
- Financiación: refleja el capital que ha sido necesario para realizar la inversión en el almacén.
- Mantenimiento y reparación de la nave logística como, por ejemplo, la pintura, soluciones de aislamiento, arreglos en el pavimento, las mejoras en el edificio…
- Seguros: normalmente la empresa protege el edificio del almacén ante accidentes o siniestros como incendios, inundaciones, seísmos…
- Impuestos: aquí estarían los relacionados con la edificación, como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
2. Costes de las instalaciones
Este apartado de los gastos de almacenamiento hace referencia a todos los elementos que se usan para maximizar la capacidad de almacenaje de la nave y facilitar el manejo de las cargas en su interior. En general, este tipo de costes están ligados a la financiación de:
- Herramientas y equipos de manutención: ya sean manuales (carretillas elevadoras o transpaletas, por ejemplo) o sistemas automáticos (transelevadores o transportadores). Aquí también entrarían otro tipo de herramientas como los dispositivos de asistencia al picking o sistemas de embalaje automático.
- Sistemas de almacenaje: se refiere al valor de las estanterías industriales, necesarias para mejorar la capacidad del almacén.
- Software de gestión del almacén: a pesar de que no se trata de un elemento tangible, el software requiere una inversión que está intrínsecamente ligada al funcionamiento del almacén.
A estos apartados hay que sumar los relacionados con reparaciones y mantenimiento de los equipos, por ejemplo la Inspección Técnica de Estanterías, las amortizaciones de los equipos y los costes de alquiler.
3. Costes de manipulación y gestión
Están ligados a los recursos necesarios para mantener el flujo de materiales activo en el almacén:
- Coste de personal: son los costes laborales de los trabajadores implicados en la actividad del almacén (incluida administración). Es decir: sueldos, seguridad social, ropa de trabajo, dietas o pluses por rendimiento. Estos costes fluctúan si se cuenta con mano de obra temporal para periodos de alta actividad.
- Coste de amortización de los equipos técnicos y la financiación de los mismos.
- Suministros: embalajes, energía, calefacción, agua corriente, internet, servicio de limpieza… En algunas empresas como aquellas que cuentan con almacenes refrigerados, controlar los costes energéticos es de vital importancia.
4. Coste de mantenimiento de stock
Conservar stock almacenado es una cuestión estratégica para la gestión logística de toda empresa, ya que gracias al almacén es posible responder a la demanda con garantías. Pero esto conlleva costes importantes en dos sentidos:
- Coste del propio stock: disponer de inventario en el almacén supone la inmovilización de la inversión realizada y un importe financiero (es dinero que no se puede invertir en otra partida).
- Coste de los seguros: la cuantía de estos seguros dependerá del tipo de mercancía almacenada.
5. Otros costes no evidentes
Se trata de un conjunto de costes variados que suelen ser fruto de la ineficiencia o de los imprevistos en la actividad logística. Ejemplos de ellos son los siguientes:
- Roturas de stock: la inexistencia de un producto almacenado en un momento concreto tiene costes directos (el valor de las ventas que no pueden cerrarse), la pérdida de imagen o de fidelidad a la marca (es más complejo de cuantificar).
- Daños en la mercancía fruto de manipulaciones indebidas de la misma. El coste será diferente si la pérdida es total o si se puede reparar para su reaprovechamiento (entonces incluiría ese coste de reparación).
- Descuadres en el inventario: pueden producirse por robos o simplemente por errores en la gestión de la información (de ahí la importancia de contar con un estricto control de inventario).
- Obsolescencia de las mercancías almacenadas a las que no se da salida comercial.
¿Qué factores influyen en los costes de almacenamiento?
Los costes de almacenamiento vienen definidos por variables como las siguientes:
1. Número de productos y la cantidad por cada referencia
El almacén no se organizará igual si contamos con muchas unidades de una misma referencia (podrá optarse por almacenaje compacto para maximizar el espacio) o si tiene una gran variedad de referencias y es necesario acceder a cada una de ellas. La tendencia actual es la llamada proliferación de SKU: cada vez hay más variedad de productos y más personalizados.
2. Dimensiones de la mercancía almacenada
Los requerimientos de espacio de almacenaje serán muy diferentes si manejamos palets, mercancías voluminosas o piezas pequeñas, lo mismo ocurrirá con los equipos de manutención necesarios para mover las mercancías. Hay una regla global de optimización en este sentido: estandarizar todo lo posible las unidades de carga.
3. Estacionalidad y tipo de demanda
La concentración de la demanda en ciertos momentos del año puede poner contra las cuerdas a cualquier almacén. Es necesario analizar con detalle las fluctuaciones en el stock de la empresa para determinar cómo organizar el almacenaje y los flujos de materiales de manera más eficaz.
En la misma línea, el tipo de demanda también determina el tamaño y la composición de los pedidos que recibe el almacén. Esto condiciona la carga de picking que va a tener el almacén.
Por ejemplo, si estamos tratando con pedidos de poco tamaño pero muy numerosos, se multiplica el número de desplazamientos y de operaciones necesarias para prepararlos.
4. Operativa de picking y preparación de pedidos
El método de preparación de pedidos influye de manera directa en el layout del almacén, pero también en los equipos necesarios para extraer y trasladar las cargas y en el tipo de estanterías que instalar. Por ejemplo, en este sentido, hay que valorar:
- La altura del almacén: suele ser una medida común para incrementar la capacidad de almacenaje, pero manipular cargas en altura es más costoso desde el punto de vista del picking (la sola elevación ya supone tiempo añadido a las operaciones).
- Sistemas de asistencia a la preparación de pedidos: si se cuenta con máquinas de embalaje (enfardadoras o paletizadoras) o con dispositivos de picking por voz o por luz, se incrementará la productividad global de cada fase de picking.
5. Localización del almacén
Por supuesto, el lugar donde se ubique también influye en los costes del almacén. Por ejemplo, la concentración logística en ciertos puntos geográficos como en los alrededores de las grandes ciudades está empujando al alza el precio del suelo.
El reto de minimizar costes en un entorno logístico complejo
Reducir los gastos logísticos es una tarea compleja que debe realizarse desde un punto de vista integral. Si no, el riesgo que se corre es que parezca que estás minimizando costes por un lado y estos aumenten en otro punto de la cadena de suministro.
Por ejemplo, desde el punto de vista de la gestión de compras, puede parecer más rentable conseguir mejores precios por compras en grandes volúmenes, pero luego este aumento de stock eleva el coste de mantenimiento y almacenaje por otro lado.
Conocer las variables con más impacto en los costes del almacenamiento es el primer paso para tratar de contenerlos. No en vano, ocupan un lugar importante dentro de las posibilidades de optimización de la cadena de suministro.